Nunca pensé
realmente en que podría
llegar a tener conmigo este
animalito tan particular; yo,
que siempre defiendo la ecología
y sus cuidados.
Pero en fin,
a fines del año 2000
iba con mi auto por una calle
algo transitada y justo en medio
del asoleado asfalto vi un bultito
amarronado; supe que era una
tortuga pequeña de unos
12 cm., detuve el auto y bajé
a recogerla antes de que le
ocurriera un accidente, no tenía
heridas pero sí estaba
asustada, hambrienta y desnutrida.
Me dio mucha
pena verla en ese estado y fue
entonces que decidí llevarla
a mi casa aún sabiendo
que no es lo correcto, pero
tambien pensando que en mi hogar
iba a estar muchísimo
mejor que de donde afortunadamente
escapó.
En mi casa
tengo un extenso jardín,
lleno de flores y plantas, un
gran patio y la libertad de
que pueda deambular con total
libertad por donde a ella le
plazca. Con el tiempo fue recuperando
sus fuerzas, su animo, está
mucho mas gordita y en sus patas
tiene una fuerza increíble.
Tuve que investigar de que especie
es, que comía para darle
una nutrición correcta,
y todo lo indispensable para
que tenga bienestar.
Es así,
poco a poco, fui conociendo
qué cosas le gustan y
cuales no tanto. Come vegetales
(en general con fibras y calcio),
frutas, pero su debilidad son
los caracoles (eso si, tengo
sumo cuidado de que no ingiera
ninguno envenenado). Siento
una gran responsabilidad hacia
ella. Sé que tiene todo
para sentirse mimada, querida
y principalmente cuidada. Siento
lo mismo que una de las historias
que he leído allí,
quisiera sentir que hago lo
correcto, que tiene comida y
agua fresca todos los días,
un lugar abrigado en el crudo
invierno, amor y todo para que
crezca sana y fuerte, pero algo
dentro de mi se inquieta cuando
la veo, sólo me conforma
saber que hoy tiene los cuidados
que no tuvo quizás desde
que nació o al menos
hasta que la encontré.
Espero de
todo corazón que la gente
se conciencia sobre la comercialización
de las tortugas y que dejen
de una vez por todas de comprarlas
(ley de oferta y demanda) es
la única manera de terminar
con su explotación.
Mi tortuga
esta animada, es sumamente inquieta
y le gusta tomar el sol de la
mañana y el del atardecer,
pero sé que estaría
mucho mejor en su hábitat
natural con otras de su especie.
Varias veces pensé en
llevarla a su hábitat
aunque me duela pero me detiene
el temor de que vuelva a ser
recapturada.
Hoy por hoy
sigue conmigo y creo que siempre
seguire sintiendo ese.. qué
se yo... dentro mio.
Analía
(Bs. As., Argentina)
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