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El
gato montés es una
de las especies propias
del monte chaqueño. |
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Al noroeste del territorio argentino
se extiende la región chaqueña,
que ocupa alrededor del 40% de la
superficie del país, casi un
millón de hectáreas
si se incluye el sudeste de Bolivia
y Paraguay y el sudoeste de Brasil.
La región
chaqueña argentina comprende
las provincias de Formosa, Chaco,
este de Salta, la mayor parte de Santiago
del Estero, el norte de Santa Fe y
parte de Tucumán y Córdoba.
La región
chaqueña, antiguo hábitat
de tobas, mocovíes, abipones,
wichis, lules y vilelas, fue también
el sitio donde el conquistador europeo
se asentó por primera vez en
lo que, años más tarde,
sería la Argentina. Esto ocurrió
cuando Francisco de Aguirre fundó,
en 1553, la ciudad de Santiago del
Estero del Nuevo Maestrazgo a orillas
del río Dulce.
Relieve, clima
e hidrografía
Es una extensa llanura, húmeda,
de abundantes pantanos y lagunas,
con presencia de salinas en el centro
y sudoeste de Santiago del Estero,
donde se destacan las de Ambargasta.
El clima es subtropical,
con estación seca en su mayor
parte, salvo en el este, donde la
temperatura alcanza los 48º C
en verano. Las precipitaciones medias
anuales son de unos 800 mm y corresponden
a un régimen periódico
pluvial estival.
Los ríos
que recorren la región son
el Salado, el Pilcomayo y el curso
del Paraná y del Paraguay.
Flora y fauna
Dentro del Chaco
se encuentran el Parque Nacional Chaco,
de 15.000 hectáreas, que abarca
el bosque chaqueño y los madrejones
(lagunas que en otra época
fueron las curvas de los ríos
regionales); y el Parque Nacional
Pilcomayo, de 160.000 hectáreas,
en la provincia de Formosa.
Las reservas formoseñas
se caracterizan por la conservación
de los quebrachales. Este árbol
debe su nombre a la dureza de su madera,
que quiebra hachas.
La especie más
codiciada es el quebracho colorado,
de más de 20 metros de altura
y 1,5 metros de diámetro. La
madera de quebracho no se pudre y
su veta es recta, por lo que se la
utiliza para sostener los rieles del
ferrocarril y fabricar postes de alumbrado;
además, de él se extrae
el tanino, utilizado especialmente
en la industria del cuero. La sobreexplotación
del quebracho chaqueño durante
la primera mitad del siglo XX destruyó
la principal riqueza de la región.
En la actualidad sólo sobreviven
dos millones de quebrachos en Santiago
del Estero, Chaco y Formosa. Se los
tala para la industria maderera y
para ser consumidos en forma de carbón
de leña.
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Las
aves rapaces como el milano,
cazan roedores, culebras
y cuises. |
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Además de
los quebrachales, la región
chaqueña presenta numerosas
especies propias, como la palmera,
el laurel, la tipa, el timbó,
el viraró, el roble, el cedro
y el lapacho, además de malezas,
plantas trepadoras y arbustos espinosos
como los cardones y bromelias.
Las termitas consumen
esta vegetación subtropical,
que comparten con las hormigas podadoras.
Seis especies de armadillos a la vez
buscan esos insectos como alimento
y se los disputan con el oso hormiguero.
El tatú carreta,
el taguá o chancho quimilero
y el pato serrucho son especies en
vías de extinción que
en otros tiempos convivieron con quienes
aún habitan la zona: pecaríes,
corzuelos, conejos de los palos, vizcachas,
monos, gatos monteses, pumas, hurones,
zorros, zorrinos, chanchos del monte,
tapires, quirquinchos, nutrias, ardillas,
comadrejas, ranas, sapos, escuerzos,
tucanes, garzas, teros, urracas, flamencos,
perdices, aves predadoras, serpientes,
reptiles y miles de roedores e insectos
de todo tipo.
Los motivos de la
extinción de algunas especies
están explicados, de algún
modo, en el propio nombre de la región:
Chaco significa, en lengua quechua,
lugar de cacería.
Sin embargo, no
fue sólo la caza indiscriminada
la causante de la extinción
de algunos animales, sino también
la destrucción de su hábitat.
En 1976 el gobierno de la provincia
del Chaco decidió talar cinco
millones de hectáreas de bosque
salvaje, llamado El Impenetrable,
con el objetivo de convertirlas en
tierras de cultivo. Este proyecto
no terminó de cumplirse y la
región fue arrasada y transformada
en chaparral espinoso prácticamente
infértil.
Recursos económicos
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Las
plantaciones de algodón
constituyen uno de los principales
recursos del Chaco. |
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El período
floreciente en la economía
de la región chaqueña
fue el de la cosecha de algodón.
Su historia se halla vinculada con
el cese de la explotación del
quebracho: unos 50 mil obreros que
quedaron desocupados se volcaron al
cultivo del algodón, otro vegetal
característico de la zona.
Durante la Primera
Guerra Mundial el algodón se
había cotizado en alza, hecho
que llevó a los gobiernos de
la región chaqueña a
incentivar su cultivo y explotación.
Entre 1923 y 1936 más de 20.000
inmigrantes europeos llegaron al Chaco
para trabajar en la industria algodonera.
Pero este cultivo y sus beneficios
económicos entraron en decadencia
pocos años después,
con el auge de las fibras sintéticas,
de costo sensiblemente inferior. La
época de cosecha moviliza a
los trabajadores golondrina, quienes
migran de una región a otra,
según las necesidades de mano
de obra. El algodón, recurso
económico fundamental del Chaco,
depende del clima: continuas sequías
e inundaciones, arruinan las cosechas.
Sin embargo, los habitantes de la
región chaqueña siguen
dependiendo económicamente
de la industria algodonera.
En esta región
prosperan también los aserraderos,
las hilanderías, las fábricas
de aceite, los molinos harineros y
yerbateros, la fundición de
plomo y zinc y las destilerías
de alcohol.
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