En "Víctimas
y victimarios", la muestra
con la que Nicolás García
Uriburu pone en foco una vez
más su plástica
de motivación ecologista,
hay una obra particularmente
significativa.
Estando en
Japón, García
Uriburu comenzó a juntar
cientos de palillos descartables,
que se emplean para comer y
que después quedan tirados
en el piso o en un cesto de
basura. Con ellos y usando una
resina como aglutinante, rearmó
el tronco, el posible tronco
originario, lo que la madera
fue antes de ser procesada.
-Desde
-su
simplicidad estructural, esta
obra presentada en la galería
Daniel Maman Fine Art, conmueve.
"Víctimas
y victimarios" extendió
su exhibición en la galería
hasta el 31 de mayo. En buena
parte, debido al creciente interés
de los colegios que participan
de productivas visitas guiadas.
Conociendo
la obra de García Uriburu,
su militancia ecológica
que arranca de años,
no es difícil saber quiénes
son aquí "víctimas"
y cuáles "victimarios".
La diferencia está en
que para esta ocasión,
el artista armó una suerte
de gigantesca instalación,
de fuerte impacto visual. En
este marco es que sillas, mesas,
pequeños muebles de cocina
o suntuosos aparadores, todos
de madera, evocan y añoran
el árbol original del
que fueron construidos.
Sierras y
hachas, dispuestas como instrumentos
de tortura, están incrustados
en los mobiliarios de forma
lacerante y de este modo
directo y violento García
Uriburu logra que la propia
memoria de la madera lance su
quejido y su protesta. Que escuchemos
su voz.
Y el mensaje
llega. "Un día pasó
una señora con su hijo.
El chico al día siguiente
lo contó en clase y a
la tarde llamaron de la escuela
para venir a verla. Y algunas
escuelas, añade, vienen
con el profesor de ciencias
naturales y con el de plástica.
Los chicos hablan con uno y
con otro, y después sintetizan
la propuesta en esos dos planos:
el artístico y el ecológico",
relata Diana Saiegh, directora
de la galería. Habla
de una actividad nueva y hasta
inusual para una galerista:
haber armado un cronograma de
visitas escolares que ya está
prácticamente cubierto
de aquí a fin de mes.
Uriburu también
practica una suerte de ecología-política.
Hay dos sillas, la del político
corrupto y la del juez corrupto
llamando la atención
sobre aquellos que tienen que
legislar y sobre quienes, en
gran medida, depende el destino
del planeta Tierra. La muestra
esta compuesta por medio centenar
de obras: óleos, fotografías
digitalizadas y esos objetos
de madera intervenidos, dañados,
golpeados por los victimarios.
(Hasta el 31 de mayo, Av. del
Libertador 2475, de lunes a
viernes de 11 a 20 hs. y los
sábados de 11 a 19 hs).
11 de mayo de
2002
Fuente:
PÁGINAS
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