Un equipo
científico realizó
ayer en Península Valdés
la ablación de los corazones
de dos ballenas, que habían
muerto varadas, para ser estudiados
en Capital Federal. Hoy el mismo
equipo se internará en
el mar, en Puerto Pirámide:
intentará colocarles
sensores a dos ballenas para
realizar por primera vez un
electrocardiograma y un fonocardiograma
a estos inmensos cetáceos.
La intención
de esta expedición, denominada
"Corazón de Ballena",
es conocer el funcionamiento
del corazón de estos
animales y su posible aplicación
en la cirugía cardiovascular
humana. El cirujano cardiovascular
Gustavo Abuin vaticinó
que "si esto sucede, sería
revolucionario para la medicina".
Ayer, un equipo
integrado por representantes
de la fundación ecologista
Wef y un equipo científico
encabezado por el mencionado
Abuin y el médico colombiano
Jorge Reynols (quien trabajó
con René Favaloro, a
quien dedica este trabajo) marchó
cuatro horas para llegar a Playa
Fracaso, un lugar costero ubicado
en el golfo San José,
60 kilómetros al norte
de Puerto Pirámide.
Por caminos
de médanos y rocas llegó
al lugar donde hace 5 días
habían varado una ballena
adulta y un ballenato.
Trabajaron
arduamente para la ablación
de ambos corazones. "Hay
que tener en cuenta que el corazón
de una ballena adulta pesa entre
200 y 250 kilos. La ablación
es dificultosa, por la gran
cantidad de grasa que tienen
estos animales", dijo Gabriela
Bellazi, integrante de la fundación
Tierra Salvaje.
La ballena
franca austral es un enorme
cetáceo que en su edad
adulta pesa 40 mil kilos y mide
hasta 16 metros. Llega a las
costas de Chubut a fines de
mayo para reproducirse y parir.
Hay muchos misterios en torno
a la vida de estos animales,
que durante su permanencia en
Península Valdés
no se alimentan. No está
determinado dónde emigran
cuando dejan esta zona, a mediados
de diciembre. Se cree que van
a la región antártica.
Tras la ablación,
los corazones fueron trasladados
a Pirámide, el único
asentamiento poblacional de
Península Valdés,
donde los científicos
tienen su campamento de trabajo.
Los órganos se guardaron
en un freezer para su mantenimiento.
Bellazi dijo
también que "el
corazón de la ballena
es el órgano que más
tiempo se mantiene sin descomponerse"
y que "se harán
unos cortes, que serán
enviados a Capital Federal para
someterlos a una resonancia
magnética, entre otros
estudios complejos".
El doctor
Abuin explicó las características
de un corazón de ballena:
"Cuando bucean, el ritmo
cardíaco les disminuye
de 60 latidos a 4 o 5 por minuto.
Si a una persona le pasa algo
parecido se desmaya o puede
morir. Pero la ballena se mantiene
bien y ahorra una gran cantidad
de oxígeno".
Abuin, que
es investigador de la Universidad
Barceló de Capital Federal,
dijo que "hay muchos pacientes
que necesitan ahorrar consumo
de oxígeno, y por eso
consideramos que los resultados
de estos estudios pueden ser
muy positivos en el campo cardiovascular".
La expedición
espera poder embarcar hoy al
mediodía en dos botes
semirrígidos. "Todo
dependerá de las mareas
y las condiciones climáticas",
explicó Bellazi. Luego
navegarán hasta encontrar
ballenas. Esto no será
difícil, porque en estos
momentos hay más de 200
ejemplares cerca de la costa.
Se colocarán sensores
sobre el lomo de un animal.
El sensor registrará
la frecuencia cardíaca
y transmitirá los datos
a una computadora que estará
a bordo de una de las embarcaciones.
"Será
la primera vez que se logre
un electrocardiograma de estos
cetáceos", destacaron
los investigadores.
23 de agosto
de 2002
Fuente:
PÁGINAS
RELACIONADAS: 1
|