La cumbre
ballenera terminó con
una victoria parcial para Greenpeace.
Sin embargo, el boicot japonés
sigue impidiendo la creación
del santuario ballenero del
atlántico sur, una propuesta
argentino-brasileña para
desarrollar el turismo local
y preservar el medio ambiente.
Con una contundente
derrota para la ambición
de Japón de volver a
la cacería comercial
de ballenas, y con un revés
para la -Argentina
y -Brasil
al no concretarse la creación
del Santuario Ballenero del
Atlántico Sur, finalizó
hoy la reunión anual
de la Comisión Ballenera
Internacional, que sesionó
durante esta semana en ese puerto
japonés.
El gobierno
de Japón, que en el último
año fue acusado de "sobornar"
a países pobres para
votar a favor de la caza comercial
a cambio de ayuda económica,
no pudo levantar la moratoria
existente a la caza de ballenas,
al obtener una simple minoria
de votos y sin alcanzar ni siquiera
las tres cuartas partes del
total.
En tanto,
la propuesta conjunta presentada
por los gobiernos de la Argentina
y de Brasil de crear un Santuario
Ballenero del Atlántico
Sur, obtuvo 23 votos a favor,
y 17 en contra, y no alcanzó
el 75 % de los votos necesarios
para ser aprobada. De todas
formas, y a diferencia del año
pasado, cuando se presentó
por primera vez la propuesta,
hubo cuatro países más
que han apoyado la iniciativa.
Por otra parte, el Santuario
del Pacífico Sur, propuesto
por Australia y Nueva Zelanda,
obtuvo similar resultado.
El ministro
de Medio Ambiente de Brasil,
José Carvalho, que viajó
a Shimonoseki especialmente
para presentar la propuesta
del Santuario en la reunión,
manifestó a los representantes
de los demás gobiernos
que dicha propuesta "se
presentará una y otra
vez hasta ser aprobada".
"La propuesta
de creación del Santuario
está creciendo dentro
de la Comisión, aunque
todavía es necesario
un mayor compromiso del gobierno
argentino para que podamos eliminar
la amenaza ballenera del Atlántico
Sur", dijo desde Shimonoseki
Milko Schvartzman, coordinador
de la campaña de ballenas
de Greenpeace Argentina.
"Desde
hace mas de tres años
que en Greenpeace Argentina
trabajamos para lograr la creación
del santuario y cada vez estamos
más cerca de que se apruebe",
agregó Schvartzman. Y
señaló que "su
creación brindará
la protección que las
ballenas necesitan, y estimulará
las actividades científicas,
educativas y turísticas
en la región".
La creación
de los santuarios balleneros
tiene como principal objetivo
la protección de todas
las especies que en ellos viven,
promover las actividades de
formación y el turismo
de avistaje de ballenas.
"Muchos
países latinoamericanos
se benefician económicamente
con actividades de turismo de
observación. Por eso
la creación del Santuario
Ballenero del Atlántico
Sur impulsaría esas actividades,
a la vez que aseguraría
el futuro de las ballenas"
añadió.
"La Argentina
es mundialmente reconocida por
el avistaje y la protección
de las ballenas" dijo la
delegación enviada desde
la Embajada Argentina en Tokio,
quien ha mantenido una firme
posición, junto a los
países más conservacionistas.
Compra
de votos
El ambientalista
puntualizó que "si
bien el gobierno de Japón
logró hacer ingresar
a cuatro nuevos miembros a la
Comisión Ballenera Internacional,
sumando 14 votos comprados,
no le alcanzó para reabrir
la caza comercial de ballenas".
Esos nuevos
cuatro países son Gabón,
Benín, Palau y Mongolia.
En tanto, los países
"comprados" son Panamá,
St. Vincent and the Grenadines,
Morocco, Antigua y Barbuda,
St. Lucia, República
de Guinea, Islas Salomón,
Granada y Dominica.
Este año,
St. Vincent and the Grenadines,
uno de los países reclutados
por Japón, mostró
un quiebre en el bloque corrompido
por ese país al abstenerse
en varias votaciones. Este no
fue el caso de Mongolia, país
que no tiene costa marítima,
y que votó exactamente
como Japón, en la veintena
de votaciones llevadas a cabo.
28 de mayo de
2002
Fuente:
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