Aunque no
todos estén dispuestos
a revolver en la basura, lo
cierto es que mucho es lo que
ésta tiene para decir.
Es un claro indicador del consumo.
Y una pieza clave para describir
la situación económica.
Hoy, un fiel reflejo de la crisis:
en apenas un año, los
porteños generaron el
18,4 por ciento menos de residuos.
Según
fuentes de la Coordinación
Ecológica Area Metropolitana
Sociedad del Estado (Ceamse),
los habitantes de la ciudad
de Buenos Aires tiraron en febrero
114.093 toneladas de residuos,
25.784 t menos que el mismo
mes de 2001.
Y la caída
es aún mayor si nos remontamos
dos años atrás.
En febrero de 2000 los porteños
generaron 25% más basura,
según los datos de la
Secretaría de Medio Ambiente
y Espacio Público del
gobierno porteño.
Pero si se
indaga un poco más se
descubre que la caída
no es pareja. El mapa de recolección
en la Capital devela una baja
en el consumo muy desigual.
Los tachos de los vecinos de
Mataderos, Liniers, Villa Luro,
Villa Lugano y Villa Riachuelo
se vaciaron en forma drástica:
el primer bimestre de este año
generaron el 61,8% menos que
en 2000. De 70.026 toneladas
a 26.748.
La diferencia
es abismal si se compara con
Villa Urquiza, Coghlan, Saavedra,
Villa del Parque, Versailles,
Villa Devoto o Villa Pueyrredón.
La caída en esta zona,
en la que la generación
de basura sufrió la merma
menor en la Capital, es del
9,7 por ciento.
Las cifras
ya son más parejas en
Recoleta, Retiro, microcentro,
San Telmo, San Nicolás,
Constitución, Parque
Patricios, Barracas y La Boca,
donde hubo una caída
del 19,3%, si se comparan el
primer bimestre de 2000 y el
de 2002. Entre los vecinos de
Palermo, Belgrano, Colegiales,
Villa Ortúzar, Chacarita,
Agronomía y Núñez
la reducción fue del
15,9%. En el centro de la ciudad
-Flores, Floresta, Parque Chacabuco,
Caballito, Villa Crespo, Almagro
y Boedo- cayó el 18,2
por ciento.
Curvas
de evolución
Los especialistas
coinciden en que en las curvas
de evolución de residuos
pueden verse los diferentes
procesos económicos de
un país.
"Si observamos
el gráfico, vemos que
con el inicio del plan de convertibilidad
empieza a aumentar el consumo.
Entre el 91 y el 95 la curva
asciende, con el efecto tequila
se queda y empieza a bajar.
Luego vuelve a ascender y ya
en 1999 se estanca por unos
meses. Luego retoma la caída
y a partir de 2001 es muy, muy
significativa", aseguró
Francisco Suárez, antropólogo
urbano e investigador de la
Universidad de General Sarmiento.
Suárez
consideró que la poca
generación de residuos
se debe a tres razones: la principal,
una clara baja en el consumo;
en menor medida, un aumento
del cirujeo a partir de 1999,
y la desviación de los
residuos a basurales clandestinos.
Para saber
qué ocurre con el consumo
de alimentos, productos de limpieza,
medicamentos o electrodomésticos,
dijo el especialista, nada mejor
que los desechos. En tiempos
de crisis, la composición
de la basura muestra una disminución
de los productos de consumo
más "elástico"
de aquellos que no son una necesidad
básica. Se ven menos
cajas de telgopor, envoltorios
de artefactos domésticos,
o, por ejemplo, menos variedades
de quesos, patés o yogures.
"Esos productos son los
que desaparecen primero",
sostuvo.
Para el antropólogo
y profesor de la Universidad
Nacional de Lanús Pablo
Llamber, el fenómeno
se explica fundamentalmente
por la fuerte baja del consumo.
"El cirujeo viene en aumento,
pero su incidencia es mínima.
En diciembre hubo un parate
en la actividad: muchos de los
depósitos acopiadores,
que les venden a las industrias
que reciclan, cerraron sus puertas
por el corralito -dijo-. Algunos
cirujas hicieron algún
acopio en sus casas y otros
no recolectaron por un tiempo."
El gráfico
de la evolución histórica
de desechos en la Capital, por
año, es bien claro. El
pico máximo se registra
en 1999, con casi dos millones
de toneladas. La curva se perfila
hacia abajo, con una marcada
caída este año,
para el que el Ceamse estima
recibir no más de un
millón y medio de toneladas
de basura de los porteños.
A saber: en septiembre de 2001
el gobierno porteño comenzó
un programa de recolección
de residuos puerta a puerta,
con el fin de disminuir el cirujeo.
La prueba
piloto se realiza en 40 cuadras
de la zona de Once, en zona
comercial. Las bolsas no se
dejan en la calle, sino que
los empleados de la comuna las
recogen en los comercios y se
entregan discriminados: cartones,
por un lado, y residuos orgánicos,
por otro.
La abrupta
baja en las ventas quedó
de manifiesto entre septiembre
y diciembre, de acuerdo con
Medio Ambiente. En sólo
tres meses pasaron de recolectar
5000 kilos de cartón
y residuos por mes a 3000, el
40% menos.
10 de marzo
de 2002
Fuente:
PÁGINAS
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