Los vecinos de Dock
Sud llevan ya un largo tiempo denunciando
la existencia de graves problemas
ambientales que serían causantes
de enfermedades. Recién ahora,
y luego de obtenido el financiamiento
del gobierno del Japón, esta
denuncia ha sido avalada por un estudio
que da cuenta de la presencia en la
zona de gases que pueden ser cancerígenos.
Desde octubre hasta
febrero pasado se instalaron estaciones
de monitoreo y se utilizaron analizadores
portátiles, con los cuales
se pudo determinar la presencia de
gases contaminantes como benceno,
butanol, acetano vinilo, acetileno,
tolueno y, entre otros elementos,
xileno.
Lamentablemente,
aún no se sabe de dónde
provienen estos gases tóxicos,
pero todas las miradas se dirigen
a las empresas de las zonas. Según
la Secretaría de Política
Ambiental de la provincia de Buenos
Aires y la Prefectura Naval, organismos
que tienen a su cargo la fiscalización
y la seguridad de la zona, habría
22 empresas instaladas en el polo
petroquímico. Pero según
los vecinos habría el doble.
A fin de esclarecer
debidamente qué sucede, ya
los expertos han recomendado la implementación
de una red de monitoreo permanente
y, además, un sistema de alarmas
por sensores para los vecinos.
Bajo olores enrarecidos
y con el temor de contraer enfermedades
y lesiones viven alrededor de 40 mil
personas, las cuales no siempre han
sido oídas por las autoridades.
Ahora, sobre la
base del estudio presentado por una
empresa privada argentina, contratada
por la Agencia de Cooperación
Internacional del Gobierno de Japón,
corresponde que comiencen a implementarse
los controles aconsejados por los
especialistas, a fin de que se revierta
una larga historia de postergaciones
y de malos tratos a los vecinos de
un área industrial.
23 de marzo de 2002
Fuente:
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