Son oscuros, más
pequeños y muy acróbatas.
Llegaron a la zona del Golfo Nuevo
atraídos por la gran cantidad
de anchoítas que hay en el
lugar, su alimento preferido. Para
verlos hay que salir a navegar.
Navegar hasta tres
horas buscando delfines es un atractivo
que está de moda en el verano
de Puerto Madryn. Pequeño y
acrobático, el delfín
oscuro abunda en las aguas del Golfo
Nuevo donde en esta época del
año llega buscando la anchoíta,
su alimento preferido.
"Es el show
de animales en libertad más
maravilloso", dijo Sergio Fernández,
capitán de una de las embarcaciones
que realiza la aventura que ayer tuvo
un espectáculo extra: la aparición
de un grupo de 6 orcas. "Era
una familia entera que saltó
junto a la embarcación durante
largo rato", contó Fernández.
Aunque este servicio
lleva cuatro temporadas, recién
este año se convirtió
en un "boom". Hay más
anchoítas que otros años
y eso podría explicar este
fenómeno de aparición
masiva del pequeño cetáceo.
En ocasiones, es posible ver grupos
de hasta 100 animales juntos.
La gente paga hasta
30 pesos por un espectáculo
que no está garantizado. "Por
eso requiere de varias horas de navegación.
Si hay cardúmenes de anchoítas
seguro habrá delfines",
dice con entusiasmo Rodolfo Benegas,
prestador del servicio. Para encontrarlos
hay que navegar por lo menos una hora.
Las lanchas salen
en tres horarios: 9, 12 y 15 horas,
siempre y cuando las condiciones climáticas
acompañen. La gente hace cola
para obtener un lugar en la embarcación
pese al elevado precio de la excursión
y a la crisis que golpea al país.
El servicio se presta
en embarcaciones con capacidad para
20 y 52 personas. Desde que comenzó
febrero los prestadores deben salir
con la lancha más grande debido
a la demanda. Y la mayoría
de los días anulan una de las
tres salidas. "A veces por las
condiciones climáticas y otras
porque estamos en el agua más
tiempo del previsto", dice el
capitán.
Puerto Madryn es
uno de los lugares turísticos
más importantes de Chubut.
Está ubicado a 1.400 kilómetros
de la Capital Federal, en el denominado
Golfo Nuevo. Tiene 75 mil habitantes
y un puerto de aguas profundas desde
donde salen hacia el mundo el aluminio
y el langostino. Según las
autoridades de Turismo, este verano
tuvo un enero con mucha gente que
gastaba muy poco. Febrero llegó
con un importante cupo de reservas
y turistas con mayor poder adquisitivo
En los bancos de
la provincia cambian Patacones por
Lecop, que es el bono de circulación
en Chubut. Así, el turista
puede moverse con mayor facilidad.
"La gente descubrió el
paseo náutico en busca de delfines
y lo disfruta. También se pueden
ver lobos marinos y, a veces, hasta
orcas", expresa Benegas.
Aunque no se garantiza
la presencia de los delfines, Fernández
asegura que "el año pasado
tuvimos un 90 por ciento de efectividad.
Y en esta temporada estamos superando
este porcentaje".
Hay muy pocos turistas
extranjeros. La mayoría proviene
de la provincia de Buenos Aires o
de más al sur, como Santa Cruz
y Tierra del Fuego. También
de otros sectores de la provincia.
Cuando los delfines
aparecen, el espectáculo está
asegurado. Pueden encontrarse grupos
de 6 pero también se los ve
por centenares. "Han desarrollado
una técnica especial para alimentarse.
Dan saltos para marcar el territorio
donde está el cardumen de la
anchoíta y también para
dividirlo. Cuando el cardumen es mayor,
mejor es el espectáculo que
brindan. La gente llega a emocionarse",
aseguran los prestadores.
También dicen
que los saltos y acrobacias que realizan
los animales son parte de un importante
sistema de comunicación. Lo
hacen tanto para detectar sus presas
como para relacionarse con otros delfines,
alimentarse o copular.
Esta especie come
varias veces por día y eso
facilita su detección.
Benegas, quien lleva
20 años prestando el servicio
de avistaje de ballenas, destaca que
"lo más emocionante del
espectáculo que presentan los
delfines es ver a las madres con sus
crías, pequeños animales
que están aprendiendo a moverse
en el agua" cuenta. Y agrega:
"Poder ofrecer un espectáculo
de delfines en libertad es nuestra
mayor satisfacción".
Los barcos de pesca
son los principales predadores de
esta especie. Puede ser capturada
accidentalmente en gran parte del
mar argentino en las redes de arrastre
usadas para pescar merluza y langostino,
en el litoral patagónico y
en las lámparas para pescar
caballa y anchoíta en la costa
de Buenos Aires.
Según los
expertos, no habrá salvación
para un delfín que caiga en
estas redes o en la de pescadores
furtivos que después los ofrecen
a los acuarios. Por ahora, hay una
importante cantidad que vive en libertad
por estas aguas de la Patagonia. Y
mientras realicen sus increíbles
saltos acrobáticos será
una emocionante experiencia poder
disfrutarla.
Una especie que
vive en comunidad
El Delfín
oscuro es una de las especies de pequeños
cetáceos más frecuentes
de ver en la Patagonia. Mide como
máximo 1,70 metro y también
se lo encuentra en Perú, Chile,
Sudáfrica, Nueva Zelanda y
archipiélagos del Océano
Atlántico Sur y Océano
Indico.
Viven en comunidad.
Se mueven la mayor parte del tiempo
en pequeños grupos de entre
6 y 15 animales, pero pueden formar
grandes manadas de hasta 300.
Utilizan una particular
estrategia de alimentación
cooperativa. Grupos separados por
hasta 2 kilómetros exploran
el lugar en busca de presas. En el
momento que algunos de estos grupos
detecta un cardumen, los grupos vecinos
acuden allí. Por eso, los biólogos
creen que tienen un importante sistema
de comunicación entre sí.
En libertad viven
35 años. Pero cuando son capturados
sus posibilidades de vida se reducen
hasta cinco veces. Las hembras maduran
sexualmente a los 6 años, cuando
tienen su primera cría. Es
posible que den a luz cada dos o tres
años. Nacen durante el verano
con una talla de 80 centímetros.
Comen anchoítas, calamares
y merluza.
10 de febrero de 2002
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