Unos 500 ejemplares
del Delfín Del Plata mueren
al año atrapados accidentalmente
por las redes de pescadores. Por eso
un grupo de investigadores emprenderá
una serie de estudios para conocer
su forma de vida y salvarlo de la
extinción.
Un misterioso delfín
está recorriendo las costas
bonaerenses. No salta ni mide más
de dos metros como otros cetáceos
que se ven en los oceanarios. No es
fácil de observar, porque su
cuerpo de color ocre amarronado se
confunde con el agua. Sin embargo,
es el delfín más costero
de la Argentina y el único
eslabón viviente entre sus
parientes del río y los del
mar.
Es el Delfín
del Plata o Franciscana, el cetáceo
más desconocido y amenazado
del Mar Argentino. Hacia la búsqueda
de ese mamífero marino se dirigirá
un estudio científico que se
larga hoy. Tres grupos de investigadores,
liderados por Pablo Bordino, Enrique
Crespo (del Centro Nacional Patagónico
del Conicet) y Luis Cappozzo (del
Museo Argentino de Ciencias Naturales
Bernardino Rivadavia), andarán
en avión o a bordo de embarcaciones
para aclarar cuántos delfines
del Plata quedan aún en aguas
argentinas, cuántos se mueren
por capturas accidentales y cómo
se comportan.
Empezarán
primero por seguirlo en la Bahía
de Samborombón y después
irán por toda la costa bonaerense.
El estudio cuenta con fondos de la
Convención sobre Especies Migratorias
(de las Naciones Unidas), que canaliza
su aporte a través de la Fundación
Vida Silvestre Argentina.
Los investigadores
intentarán revelar más
detalles de estos extraños
delfines, que tienen un pico largo
con más de 200 dientes, viven
aislados o en grupos muy pequeños
y se mueven entre los 6 y los 12 metros
de profundidad. Los adultos no miden
más de 1,70 metro. Y aún
los científicos no saben cuántos
hay.
"Sólo
sabemos que existen dos poblaciones
distintas entre Brasil, Uruguay y
Argentina contó Bordino,
quien ha sido premiado internacionalmente
por sus estudios sobre la especie.
Tiempo atrás, se hizo una estimación
para el área de Bahía
Anegada, al sur de Bahía Blanca,
y se determinó que allí
habitaban entre 900 y 2.000 ejemplares".
En la actualidad,
el Delfín del Plata no se está
a punto de extinguirse. Pero podría
estarlo. La Unión Mundial para
la Naturaleza lo clasificó
en la categoría "vulnerable",
aunque lo considera "insuficientemente
conocido", informó Cappozzo.
Cada año mueren unos 500 ejemplares
porque quedan atrapados accidentalmente
en las redes pesqueras.
"Tampoco se
conoce bien el impacto de la pesca
sobre el Delfín del Plata,
pero hay indicios que señalan
que algo les pasa: las hembras maduran
sexualmente más jóvenes
que antes. Probablemente eso ocurra
como consecuencia de que son ellas
las que más mueren durante
la actividad pesquera artesanal en
la costa bonaerense", afirmó
Bordino.
Las hembras maduran
sexualmente a los dos años
de vida. Tienen una cría solamente
después de un período
de gestación de once meses.
Las crías miden unos 70 centímetros
al nacer y suelen ser amamantadas
durante cuatro meses, antes de pasar
a alimentarse de peces, calamares,
pulpitos y camarones.
Estos delfines se
reproducen durante la primavera y
el verano, las estaciones del año
durante las cuales se cree
se acercan más a la costa.
Es en ese momento cuando corren mayores
riesgos: "Su época de
reproducción coincide con la
temporada fuerte de la pesca costera
artesanal."
Por lo tanto, las
redes pesqueras pasan a convertirse
en las principales amenazas para la
especie en la Argentina, opinó
Bordino. Los pescadores no buscan
capturar delfines, algo que está
prohibido por ley. Pero la ley no
contempla la captura accidental y
los delfines quedan atrapados en dos
tipos de redes. Por un lado, son atrapados
en las redes de "espera",
de unos 150 metros de largo y 4 metros
de alto que se dejan fondeadas contra
la corriente y se revisan cada 12
horas. O los delfines mueren por las
redes de "arrastre" de barcos
que pretenden pescar corvina negra
y tiburones, entre otras especies.
¿Qué
se puede hacer para preservar al Delfín
del Plata? "Varias acciones ya
se están llevando a cabo contestó
Bordino. Estamos experimentado
con alarmas acústicas que se
colocan en las redes y les avisan
a los delfines que allí hay
algo". El problema es que aparentemente
los delfines no detectan las finas
hebras de las redes. Estas alarmas,
aunque experimentales, han dado "muy
buenos resultados para reducir la
captura accidental".
Pero hay un inconveniente:
los lobos marinos se han dado cuenta
de que la alarma avisa que en las
redes hay comida. Un serio problema
para los pescadores, pues los lobos
les rompen las redes y se comen el
pescado... Sin embargo opinó
el biólogo, el uso de
alarmas debe aún ser "más
estudiado para ver si es efectivo
en el tiempo, antes de oficializarlas
en la pesca artesanal costera bonaerense".
Con suerte, el Delfín
del Plata puede ser visto desde Bahía
San Blas, antes de Carmen de Patagones,
o desde alguna embarcación
cerca de Bahía Blanca. Punta
Rasa, en San Clemente del Tuyú,
puede también ser un interesante
sitio para verlo.
Entre agua dulce
y salada
Los investigadores
consideran que es un delfín
de río. Pero el Delfín
del Plata o Franciscana vive en agua
de mar. ¿Están confundidos?
No, pero este misterioso delfín
desafía hasta las clasificaciones
simplistas. Según Pablo Bordino,
tiene todas las características
externas y algunas internas de los
delfines de río. Para entenderlo,
hay que volver al pasado.
El origen de la
vida fue en el mar recordó
el investigador. Por lo tanto,
los delfines más primitivos
fueron ancestros de los actuales delfines
marinos. Entre esos ancestros marinos,
algunos colonizaron el agua dulce
y dieron origen a los actuales delfines
de río, como el boto del Amazonas,
el baiji o lipotes de la China o el
Platanista de la India y Pakistán.
En cambio, "el
ancestro del Delfín del Plata
o Franciscana es como que se quedó
en el medio. No llegó a colonizar
el agua dulce". Su nombre de
género es Pontoporia, que hace
referencia a la palabra "poros"
en griego. Su nombre significaría
un poro en el mar, algo que comunica
lo marino con el agua dulce.
23 de enero de 2003
Fuente:
PÁGINAS
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