|
El
interior de la vivienda
que hoy ocupan el ingeniero
Jorge Fernández y
su esposa Marisol. |
|
|
Marisol
y el horno solar. Dice que
jamás se le pasa
la comida. |
|
|
En
invierno la casa se mantiene
totalmente abierta de día
y cerrada de noche y en
verano cerrada de día
y abierta de noche |
|
En una de las paredes del living de
la llamada Casa solar, hay
una inscripción que dice: Primera
Vivienda Experimental Enrico Tedeschi
(1910-1978). Tal vez esta sea una forma
de recordar a un hombre que hizo mucho
por la arquitectura mendocina.
Tedeschi se graduó como doctor
en Arquitectura en 1924, en Roma,
donde había nacido. Pero la
Segunda Guerra Mundial interrumpió
su actividad y lo tuvo como servidor
a su patria en el Norte de Africa.
Cuando finalizó el conflicto
se dedicó a la docencia. Pero
en 1948, invitado por la Universidad
de Tucumán, llegó a
nuestro país, donde se desempeñó
como docente en esa casa de estudios
y en las Universidades de Córdoba
y de Cuyo.
Pero, finalmente se transformó
en el decano y fundador de la Facultad
de Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad de Mendoza. También
fue jefe de Investigaciones del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas
y Técnicas (Conicet) y creó
dentro del Instituto Argentino de
Investigaciones de las Zonas Áridas
(Iadiza), el Laboratorio de Ambiente
Humano y Vivienda.
Desde esos puestos, Tedeschi desarrolló
muchos temas de interés regional,
entre ellos el de la utilización
de la energía solar en la arquitectura.
Fue así como dirigió
y participó del proyecto de
construcción de la primera
vivienda solar de la Argentina a la
que hacemos referencia.
El terreno sobre el cual se levantó
esta casa (con fondos del Conicet)
fue cedido por el IPV, sobre calle
Juncal, dentro del barrio Parque Sur,
de Godoy Cruz. Desde su inauguración,
en 1980, ha sido habitada por distintas
personas, porque de esa forma se mantiene
en condiciones.
Actualmente viven en ella el ingeniero
Jorge Fernández, su esposa
Marisol Fernández (arquitecta)
y sus dos hijos. Ellos aprovechan
en su totalidad el sistema con el
cual fue construida la casa, a excepción
de tres calefones solares que funcionan
pero que no utilizan.
El sistema
Para realizarla se tuvieron en cuenta
ciertas premisas de orientación,
que permiten un mejor aprovechamiento
del sol. La zona de estar comedor
y dormitorios se ubica al Norte y
la de servicios al Sur.
El sistema se aprovecha básicamente
al calefaccionar la casa y hay dos
formas de hacerlo. La primera es la
que se utiliza en la zona de estar
comedor, que permite una ganancia
directa de energía a través
de las ventanas, de doble vidrio,
y, además, con el empleo de
losa acumuladora de calor sobre el
techo, explicó Fernández.
La otra forma de calentamiento es
la que se usa en los dormitorios,
donde se instaló un método
francés de muro colector acumulador
de energía, creado por Anvar
Trombe Michel. Allí también
se emplea una buena aislación
de los ambientes.
Este sistema posee una ventana
de vidrio por donde entra el sol para
calentar el muro. El aire que queda
entre éste y el vidrio, ya
caliente, sube por convección
e ingresa a la habitación por
unas pequeñas aberturas, produciendo
un movimiento de succión; luego,
el aire frío que está
en ese espacio sale por otra abertura
inferior y continúa circulando
de abajo hacia arriba, obteniendo
calor, explicaron.
Mantenimiento de energía
La energía solar en forma
de calor que penetra en una vivienda
a través de un vidrio tiene
que ser atrapada o almacenada, regulada
y distribuida a lo largo del día
y la noche para mantener una temperatura
constante.
Para conseguir esto hay que llegar
a un equilibrio entre la energía
perdida hacia el exterior (a través
de los muros, ventanas, puertas, techos,
etc.) y la ganada con el sol o la
obtenida por energía convencional
(estufas, acondicionadores, etc.)
Durante el invierno, la pérdida
de calor se evita con el uso de persianas
de madera. Cuando el sol baja,
éstas deben cerrarse, para
que la energía quede acumulada
en los muros y emita calor hacia el
interior de la casa, indicaron.
Como las mayores pérdidas
se producen por las ventanas, fue
necesario, además de las persianas
de madera, colocar cortinas de tela
pesada para conservar aún más
la energía.
Pero, durante el verano, se aplica
un proceso inverso. Si bien
la casa posee un alero que evita el
ingreso de la radiación solar,
hay que cerrar todo para impedir también
el paso del reflejo; es por eso que
en la zona Sur de la vivienda se realizaron
ventanas muy pequeñas.
Entonces se tiende a mantener todo
oscuro durante el día, pero
apenas baja el sol deben abrirse todas
las ventanas para darle paso a la
ventilación cruzada. La
energía que uno produce durante
el día en el interior se va
acumulando en las paredes y al abrir
la casa se produce el ingreso de las
brisas del sur que liberan el calor
y enfrían los muros durante
la noche.
Muros
Los muros son de bloques de hormigón,
para lograr una mayor acumulación
de calor. En algunas partes de la
casa tienen un espesor de 20 cm y
otras de 40 cm. Los de mayor espesor
pueden acumular más energía,
siempre que ésta lo atraviese,
de lo contrario no se logra el objetivo.
La casa es una especie de caja aislada
que posee una pared, una cámara
de aire o un relleno de telgopor como
aislante, y una malla de alambre para
sujetar el revoque que actúa
como cierre.
Experiencia
El matrimonio Fernández comentó
que el sistema que posee la casa solar
permite un ahorro importante, especialmente
en el uso de gas (en ese barrio aún
se utilizan tubos), y de electricidad,
debido a la gran luminosidad que posee.
Dijeron además que el calor
que se obtiene no es sofocante, sino
más bien agradable y sano.
Además, gracias a la aislación,
durante los días muy fríos,
nublados o lluviosos, la casa se mantiene
cálida.
Lo único que no se utiliza
son tres calefones solares, y un sistema
fotovoltaico conectado a una batería
que se carga para dar energía
a los electrodomésticos. Esto
se instaló para experimentar,
pero ponerlo en funcionamiento es
algo costoso, explicaron.
6 de enero de 2003
Fuente:
PAGINAS
RELACIONADAS: 1
- 2
|