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Marilú
y José, dos de los
flamantes participantes
del proyecto.. |
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Río Cuarto. En pocos días
más, tres familias que se conocieron
en el comedor María Madre de
Dios de Río Cuarto, comenzarán
a envasar y vender humus de lombrices
californianas.
Con el apoyo de Norma y Marcelo Stefanía,
creadores de un centro solidario de
barrio José de Calasanz, los
vecinos desocupados se iniciaron en
la lombricultura con la que aspiran
a alcanzar un ingreso de 400 pesos
mensuales por grupo familiar.
Nosotros jamás habíamos
pedido, porque mi marido era remisero,
pero ahora que sabemos lo que es el
hambre, una vez que nos encaminemos
con las lombrices le dejamos el lugar
a otro en el comedor, dice Marilú
Mora, madre de tres chicos.
El matrimonio Stefanía hace
años que brinda comida a los
habitantes de las villas ubicadas
en la margen sur oeste del río
Cuarto. Pero, con fines de promoción
social, pide a cambio de la vianda
que un miembro del grupo familiar
trabaje en la huerta del comedor,
les exigen a las mujeres que se hagan
controles ginecológicos y que
envíen a sus hijos a la escuela.
El lombricompuesto es el primero
de una serie de emprendimientos que
prevén desarrollar este año:
venta de plantines de árboles
autóctonos, de tomate triturado
envasado y conservas. La idea
es agregarle valor a los productos
de la huerta y, fundamentalmente,
fomentar la cultura del trabajo,
comentan los responsables del comedor.
Producir y vender
Además de Marilú Mora,
en la iniciativa participan la familia
Díaz, de ocho integrantes y
José Savid, con dos hijas a
cargo. Formarán una cooperativa
de trabajo, venderán la bolsa
de humus a dos pesos y dejarán
20 centavos para gastos.
Savid era bancario, llegó
a la huerta como desocupado y hoy
realiza múltiples actividades.
Además de producir humus de
lombriz, prepara solidariamente a
alumnos para rendir, aporta su trabajo
a un taller a cambio de insumos para
la huerta, etcétera.
Utilizamos guano de caballo
que garantiza la buena calidad del
humus. Colocamos las lombrices californianas
para que coman el material orgánico
descompuesto y depositen sus deyecciones,
lo que convierte en fértil
el terreno, explica.
Los nuevos microemprendedores muestran
con orgullo la planta repleta de tomates
peritas que nació espontáneamente
entre los lechos de lombrices californianas.
Ya prevén trasladar las cunas
a otro sector de la huerta para mejorar
el terreno.
Originalmente, el predio utilizado
por el comedor María Madre
de Dios para desarrollar la huerta
era un basural, de suelo arenoso (está
ubicado en una barranca a la vera
del río Cuarto). Con
la ayuda de las lombrices vamos a
convertir este desierto y cuando la
gente pruebe el compost se va a dar
cuenta de cómo se pueden mejorar
los suelos, destacaron los vecinos,
con entusiasmo.
Los interesados en este proyecto
pueden contactarse con el teléfono
(0358) 463-9701.
14 de febrero de 2003
Fuente:
PÁGINAS
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rojas californianas", hacé
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