Emprendimiento
de cartoneros. Lo promueve el gobierno
porteño. Arquitectos de la
UBA enseñaron a los recolectores
de basura a aprovechar los materiales.
La vivienda tiene agua caliente, energía
eólica y calefacción.
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La
cocina solar de la casa
ecológica |
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Una cooperativa de cartoneros de
la ciudad trabajó durante las
últimas tres semanas buscando
un destino alternativo para los residuos
que recogían y que, como no
están bien cotizados en el
mercado, no lograban vender. Se trata
de botellas plásticas y de
envases tetrabrik.
¿El resultado? La basura resultó
material suficiente como para construir
casas ecológicas, con calefacción
para el invierno y sistema de refrigeración
para el verano. Con agua caliente,
horno solar y de combustión,
y hasta energía eólica
y una huerta orgánica.
Para convertir los desechos en elementos
productivos fueron necesarias las
técnicas que desarrolló
el Centro Experimental de la Producción
de la Facultad de Arquitectura de
la Universidad de Buenos Aires (UBA),
que trabajó durante las tres
semanas con los cartoneros de la cooperativa
El Ceibo.
Hasta ahora, sólo se construyó
el modelo que está en exhibición
en el Centro Metropolitano de Diseño,
Villariño 2498, en Barracas.
Se trata de una iniciativa que impulsa
la Secretaría de Desarrollo
Económico porteña en
la que trabajaron los beneficiarios
del plan Jefas y Jefes de Hogar de
la ciudad.
Con botellas de gaseosa
El techo tiene un colector de energía
solar hecho con botellas de gaseosa.
La cúpula plástica puesta
alrededor de una cañería
provee de agua caliente, a punto de
ebullición, y el efecto invernadero
que produce propicia las condiciones
para que en la terraza se instale
una huerta orgánica sin tierra.
Los cartoneros también innovaron
en tecnología: con los motores
de dos aspiradoras y con los carteles
tipo molinete en desuso de un quiosco
fabricaron un generador de energía
eólica que aporta corriente
eléctrica a la casa y que se
almacena en una batería. La
corriente no es muy potente, pero
permite escuchar radio o encender
una lámpara.
Pero el gran avance es el ladrillo
prensado hecho con los envases plásticos
mezclados con cal, cemento y escombros
que recogen en las calles. También
se hicieron ladrillos con botellas
de vidrio de 250 cm3 en su interior,
que contienen agua con colorante.
Y el fondo de las botellas asoma por
una de las caras del bloque de cemento
y le da un aspecto pintoresco.
30 de octubre de 2002
Fuente:
PÁGINAS
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