El 92 por
ciento de la población estima
que las pilas contaminan mucho,
pero en realidad no tienen claro qué
contaminan ni por qué:
estos datos fueron obtenidos, mediante
encuestas, por alumnos de diez colegios
reunidos en el proyecto Megapilas
y definen los ejes de la situación:
por una parte, el alto grado de conciencia
de la población hace prever
una buena disposición para
participar en campañas de reciclado,
que sólo los poderes públicos
pueden y deben organizar.
Sin embargo, como la gente no sabe
bien qué pilas son las más
peligrosas, subsiste un alto grado
de empleo de pilas no alcalinas o
alcalinas truchas, las
más contaminantes. El proyecto
Megapilas, que empezó
hace tres años, está
a punto de culminar su exitosa experiencia:
uno de sus últimos logros fue
el diseño de un método
de descontaminación mediante
el uso de plantas acuáticas
que crecen naturalmente en el Delta.
La encuesta de Megapilas
abarcó 1384 hogares de la Ciudad
de Buenos Aires y el Conurbano. A
la pregunta ¿Cuánto
contaminan las pilas? el 92,05
por ciento contestó Mucho,
el 3,83 dijo Poco y el
0,36 por ciento creyó que Nada.
El 97 por ciento afirmó que
participaría en una campaña
de recolección de pilas.
El 24 por ciento de las familias
guarda las pilas usadas; el 76 por
ciento no lo hace y ésta es
en realidad la mejor conducta, ya
que los especialistas estiman que,
mientras no haya estrategias públicas
de reciclado, es mejor tirar las pilas
de a una a la basura que retenerlas
para terminar tirando varias juntas,
lo cual incrementa la concentración
de contaminantes. Lo que no hay que
hacer nunca es tirarlas a cloacas
o alcantarillas, ni quemarlas.
Según los cálculos
del proyecto Megapilas
que fundó y dirigió
el investigador Rodolfo Corti y hoy
conduce Gustavo Curutchet, sólo
en la ciudad de Buenos Aires y el
Conurbano se consumen unos 50 millones
de pilas por año; de ellas,
el siete por ciento son recargables,
y la mitad de éstas son de
níquel-cadmio. Estos
números son de 2001; admitiendo
que, con la devaluación, la
importación de artículos
con estas baterías haya disminuido,
podemos calcular un consumo de un
millón de baterías níquelcadmio
por año, estimó
Curutchet.
En el marco de Megapilas,
un equipo de investigadores adolescentes
alumnos de las escuelas Alemania,
de Villa Ballester, y La Salle Florida
puso a punto un método para
eliminar de las aguas la contaminación
por zinc, el metal presente
en mayor proporción en las
pilas de uso doméstico.
Para sus ensayos utilizaron plantas
acuáticas, recolectadas en
el Río Paraná y su delta
y cultivadas en nuestros laboratorios,
dado que nos interesaba utilizar alguna
especie autóctona y de rápido
crecimiento, según el
informe de los investigadores. La
planta elegida fue la Salvinia sp,
que demostró experimentalmente
su efectividad en aguas contaminadas.
14 de setiembre de
2003
Fuente:
PÁGINAS
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