¿Es
la soja culpable de las inundaciones?
Plantearlo en esos términos
es, quizás, un poco exagerado.
Pero lo cierto es e el desastre
natural que afecta al sector
agropecuario moviliza a los
investigadores a explorar todas
las hipótesis posibles
para explicar y actuar sobre
la nueva realidad del clima
en la región pampeana,
donde cada vez llueve más.
Los expertos coinciden en señalar
que este aumento del promedio
de precipitaciones está
vinculado a un cambio climático
global, pero hay otros factores
que podrían estar ayudando
a complicar el panorama.
Uno de ellos
es la creciente superficie sembrada
con cultivos de bajo consumo
hídrico, como la soja.
La voz de
alerta la dieron los especialistas
de la Consultora de Climatología
Aplicada (CCA), en un trabajo
a partir del cual sugieren avanzar
en investigaciones sobre la
relación entre las cosechas
récord y las inundaciones.
Adriana Basualdo
una de las autoras del informe,
remarcó que, "los
trabajos científicos
ya han demostrado que el aumento
de las precipitaciones en la
región pampeana, sobre
todo en el semestre cálido,
obedecen a un cambio climático;
pero a partir de esa certeza
se está tratando de avanzar
un poco más allá
y ver qué otros factores
inciden en las situaciones de
anegamiento que se están
dando".
En ese sentido,
subrayó que hay indicios
suficientes "para investigar
un poco más el impacto
de los cambios del uso del suelo
en las inundaciones". La
tarea tiene un objetivo práctico.
No se pueden manejar las lluvias
pero sí las prácticas
que pueden convertirse en un
obstáculo para la salida
de agua del sistema.
Los especialistas
de CCA partieron de una situación
que es más o menos conocida
por todos en el sector agropecuario:
el crecimiento de la agricultura
en la región pampeana
en detrimento de los sistemas
mixtos y de coberturas vegetales
de mayor consumo hídrico
como forrajeras perennes y praderas
naturales.
"Por
una cuestión de economía
y precios, la rotación
trigo/soja de segunda ha aumentado
sustancialmente, sobre todo
en zonas como el sur de Santa
Fe. Estos cultivos economizan
agua porque tienen bajo requerimiento
hídrico y, de esta forma,
se acumula humedad en el perfil".
"La tendencia
es a acumular agua, si entramos
a la campaña de trigo
con reservas altas, decimos
que eso es bueno para que le
llegue al trigo, pero eso cierra
si las lluvias son normales",
explicó Basualdo. Por
el contrario "frente a
precipitaciones mayores que
lo normal, te pasás para
el otro lado".
El trabajo
de CCA plantea que al aumento
de precipitaciones en la región
pampeana se podría estar
sumando una disminución
en la pérdida de agua
del sistema, como consecuencia
del reemplazo de coberturas
de gran consumo por otras de
consumo menor. "Se han
hecho mediciones para ver la
profundidad de las napas y en
muchos lugares se ve que la
inundación no viene de
arriba sino de abajo, es decir
que la napa está tan
cerca que cualquier lluvia hace
que aflore", señaló.
Al respecto,
el trabajo elaborado por la
consultora CCA se pregunta:
"Si el uso del suelo ha
cambiado tan drásticamente
en los últimos años,
¿no es de esperar que
esto haya provocado modificaciones
en el balance hidrológico,
y por consiguiente en la acumulación
progresiva de excesos? ¿En
qué medida las nuevas
tendencias en el uso del suelo
son responsables del ascenso
de las napas freáticas
y de la acumulación de
excesos?".
Las lluvias
Los especialistas
compararon el aumento de las
precipitaciones en distintas
localidades de la región
pampeana y la merma en el consumo
hídrico derivada del
aumento de superficie destinada
a la agricultura, reemplazo
de coberturas de mayor consumo
hídrico.
"En algunos
casos es comparable y otros
no. En el noroeste de Buenos
Aires por ejemplo, la merma
en el consumo hídrico
por cambios en el uso del suelo
es despreciable frente al aumento
de entre el 30% y el 40% de
las lluvias en el semestre cálido,
en los últimos años.
Pero esa relación
es más directa en el
departamento General López,
en el sur de Santa Fe, una de
las zonas donde ha sido más
vertiginoso el aumento de la
superficie sembrada con soja,
señaló Basualdo.
Los especialistas de la consultora
se toparon con dificultades
para reunir datos que les permitieron
construir series más
exhaustivas, pero aún
así avanzaron en algunas
precipitaciones. Así
compararon las precipitaciones
promedio en las localidades
de Marcos Juárez, Venado
Tuerto, Laboulaye, General Villegas
Pergamino y Carlos Casares,
en dos períodos de 40
años: 1920-1960 y 1960-2000.
En todos los casos se registró
un aumento, más marcado
aún en las localidades
de General Villegas y Laboulaye.
Por otro lado, registraron las
variaciones en el consumo hídrico
en los distritos de Carlos Casares,
General Villegas, General López,
Pergamino, Constitución
y Marcos Juárez, entre
octubre y marzo durante las
décadas del 70, 80 y
90, y para la campaña
1999/2000.
* La primera
observación es que en
General Villegas y Carlos Casares
(Buenos Aires) es mucho más
significativo el aumento evidenciado
en las precipitaciones de los
últimos 80 años
(181 mm y 98 mm respectivamente)
que la merma en el consumo hídrico
debida a modificaciones en el
uso del suelo (34 mm y 39 mm
respectivamente)
* En Venado Tuerto (General
López - Santa Fe), las
lluvias muestran un aumento
de 90 mm, mientras que el consumo
hídrico habría
disminuido en esa zona en unos
85 mm, constituyendo un elemento
igualmente importante.
* En Marcos Juárez y
Pergamino, la lluvia media aumentó
65 mm del período 1920-1960
al período 1960-2000,
pero el consumo hídrico
ha disminuido en forma aún
más marcada (90 mm y
83 mm respectivamente).
El trabajo
destaca que "la merma en
el consumo hídrico de
una región deviene en
una paulatina acumulación
de agua en el sistema".
Al sembrarse cultivos que demandan
menos agua, es mayor la humedad
que queda en el suelo.
"No hay
muchas investigaciones realizadas
al respecto pero es un dato
importante que entre las recomendaciones
que realizó el Inta para
actuar frente a las inundaciones
figure la de sembrar alfalfa
o algún tipo de pastura
que tuviera una gran demanda
hídrica para ayudar a
eliminar el agua del suelo",
señaló Basualdo.
-¿La
siembra directa puede potenciar
la acumulación excesiva
de agua en el perfil?
-En el trabajo
no incluirnos el tema de la
siembra directa, porque faltan
datos históricos al respecto.
Trabajamos sobre el sistema
convencional. De todos modos,
es un escenario de mínima.
Podría ser un factor
que potencia el fenómeno,
pero no hace la diferencia.
Si hay 100 mil hectáreas
de soja, lo que importa es que
se hace soja, que demanda menos
agua. Lo que pasa es que por
más que uno le diga al
productor que sembrando soja
puede tener más posibilidad
de exceso hídrico, lo
que determina la decisión
empresarial es el mercado y
los precios. En otros países,
hay incentivos para sembrar
determinados cultivos en función
de un esquema sustentable.
PRECIPITACIONES
EN EL SEMESTRE CÁLIDO
|
PRECIPITACIÓN
MEDIA
|
PERIODO
1920-1960
|
PERIODO
1960-2000
|
AUMENTO
|
Marcos
Juárez |
607
mm
|
672
mm
|
65
mm
|
Venado
Tuerto |
632
mm
|
722
mm
|
90
mm
|
Laboulaye |
531
mm
|
677
mm
|
146
mm
|
Gral.
Villegas |
516
mm
|
697
mm
|
181
mm
|
Pergamino |
612
mm
|
677
mm
|
65
mm
|
Carlos
Casares |
560
mm
|
658
mm
|
98
mm
|
USO
DEL SUELO EN LA
PROVINCIA DE BUENOS
AIRES
|
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18.0000
|
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H
|
16.000
|
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E
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C
|
14.000
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|
T
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|
|
|
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|
A
|
12.000
|
|
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|
R
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|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
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|
|
|
|
|
|
|
E
|
10.000
|
|
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|
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A
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|
|
|
|
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|
S
|
8.000
|
|
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|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
6.000
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
1993
|
|
1994
|
|
1995
|
|
1996
|
|
1997
|
|
1998
|
|
1999
|
|
2000
|
|
|
|
|
|
AGRICULTURA |
|
FORRAJERAS
PERENNES-PASTURAS |
|
VARIACIONES
EN EL CONSUMO HÍDRICO
OCTUBRE MARZO EN LAS ÚLTIMAS
DÉCADAS
|
|
1970-1979
|
1980-1989
|
1990-1999
|
1999-2000
|
Diferencia
*
|
C.
Casares |
726
mm
|
703
mm
|
706
mm
|
687
mm
|
39
mm
|
G.
Villegas |
795
mm
|
738
mm
|
779
mm
|
761
mm
|
34
mm
|
G.
López |
739
mm
|
745
mm
|
670
mm
|
654
mm
|
85
mm
|
Pergamino |
665
mm
|
620
mm
|
589
mm
|
582
mm
|
83
mm
|
Constitución |
740
mm
|
687
mm
|
659
mm
|
642
mm
|
98
mm
|
M.
Juárez |
766
mm
|
766
mm
|
711
mm
|
676
mm
|
90
mm
|
|
La
diferencia corresponde a
la disminución del
consumo que evidencia la
campaña 1999-2000
con respecto a la década
1970-1979 |
El monocultivo
El trabajo
estima que "cualquier medida
que se desee tomar en función
de lograr una solución
adecuada al problema de las
inundaciones en la pampa deprimida
deberá tener necesariamente
en cuenta tanto el cambio climático
que evidencia la región
como el impacto ambiental determinado
por la tendencia actual hacia
monocultivos de bajo consumo
hídrico".
Para Basualdo,
"este último punto
es más fácil de
prever".
24 de noviembre
de 2001
Fuente:
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