Dueñas y señoras
de la mayor riqueza no renovable de
Bolivia, poderosas transnacionales del
gas y del petróleo han comenzado
a incursionar en las áreas protegidas
poniendo en riesgo los recursos naturales
y el medioambiente en el centro de Sudamérica.
Reportes oficiales establecen que
una decena de empresas petroleras
están construyendo campamentos,
abriendo caminos, perforando pozos
con amplio uso de explosivos y dinamita,
explorando y explotando hidrocarburos
en bosques y regiones protegidas legalmente
para su conservación natural.
Según un informe del Servicio
Nacional de Áreas Protegidas
(Sernap), las poderosas empresas petroleras
extranjeras han logrado obtener hasta
ahora un total de 24 concesiones en
áreas, que por ley, y hasta
hace poco, eran consideradas como
un santuario de la vida silvestre
y natural.
Las empresas extranjeras que están
incursionando en estas áreas,
con grave peligro para la estabilidad
del ecosistema natural, son Repsol,
Petrobras, Andina, Total, Chaco, Maxus
y Don Wong, entre las más importantes.
Con relativamente escasas inversiones
y al amparo de una legislación
extremadamente favorable hacia la
inversión privada junto a contratos
onerosos y muchos de ellos tramposos,
las petroleras extranjeras que operan
en Bolivia han tomado el control y
la propiedad de la riqueza hidrocarburífera
nacional valuada en por lo menos 80
mil millones de dólares.
Las petroleras pagan muy pocos impuestos
y de su multimillonaria actividad
lo que dejan para el Estado es insignificante,
por lo que su incursión en
áreas protegidas ha generado
la alarma de las organizaciones defensoras
del medio ambiente y de las autoridades
del sector.
Así, el responsable de la
Unidad de Petróleo y Medio
Ambiente del Sernap, José Coello,
advirtió al matutino nacional
La Prensa que "la presencia de
las empresas petroleras en las áreas
protegidas ponía en riesgo
la conservación de las mismas,
lo que podría provocar la ruptura
de los compromisos internacionales,
asumidos por Bolivia, en relación
a los temas de biodiversidad y desarrollo
sostenible".
Según el Sernap, la intervención
de las petroleras en las áreas
protegidas también "es
el resultado de la política
arbitraria del sector petrolero porque
las empresas no buscan ninguna concertación
para ver cuáles son los mejores
sitios para licitar u otorgar concesiones
hidrocarburíferas". Esta
situación afecta principalmente
a las zonas más sensibles de
estas áreas como los bosques
vírgenes y los lugares de reproducción
de flora y fauna, señala el
informe publicado en La Prensa.
12 de Julio de 2003
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