Lo hizo por propia
decisión, después de
24 años de vivir en acuarios
y de muchos intentos por devolverla
al mar.
Hace unos meses
había comenzado a comportarse
de manera extraña. Después
de 24 años de no haber nadado
nunca más en los mares abiertos
y de haber vivido en acuarios y piscinas
en todo el mundo, brindando espectáculos
para chicos en los parques de diversiones,
sintió una especie de nostalgia,
de antiguo reclamo. Y así,
después de tantos intentos
fallidos de convencerla de que su
lugar estaba en el mar, la ballena
Keiko protagonista de la película
Liberen a Willy, en la que un chico
lucha contra los dueños inescrupulosos
de un acuario hace siete semanas
que recorre las aguas profundas del
océano Atlántico.
Todo un acontecimiento,
visto y considerando que, durante
años, Keiko había hecho
fracasar todas las tentativas por
liberarla. Desde 1998 se intentó,
de todos los modos posibles, llevarla
al mar abierto y ponerla en contacto
con otros grupos de orcas. Pero, al
final de cada día, Keiko siempre
regresaba a su casa.
Sin embargo, hace
unos meses las cosas cambiaron. Sus
cuidadores empezaron a percibir que
algo se estaba modificando en el comportamiento
de Keiko. Al parecer, cada vez le
gustaba más estar en compañía
de otras orcas, hasta que el 15 de
julio se alejó de la bahía
de Islandia, donde vivía. ¿Una
incursión exploratoria, como
tantas otras? No, Keiko nunca más
regresó.
Hoy, según
las últimas informaciones (a
Keiko se la sigue vía satélite
gracias a unos dispositivos que tiene
adosados en su espina dorsal), debería
encontrarse entre Noruega y las islas
Shetland. "Estamos contentos,
porque Keiko está haciendo
lo que queríamos, pero un poco
preocupados porque no sabemos qué
le está pasando", dijo
Charles Vinick, vicepresidente de
Ocean Futures, la organización
que se ocupó de la reinserción
de Keiko.
Keiko, que ahora
debería tener 26 años,
fue capturada en las aguas de Islandia
cuando tenía unos dos años.
Después de haber pasado largos
períodos en acuarios de Islandia
y Canadá, vivió en un
parque de diversiones en Ciudad de
México, en aguas cálidas
y poco profundas y a más de
3.000 metros de altura.
Justo cuando Keiko
estaba empezando a enfermarse y le
aparecían lesiones en la piel,
en 1993, se presentó la gran
oportunidad: Keiko sería la
protagonista de la película
de la Warner Brothers Liberen a Willy.
Después del éxito de
la película, la gente empezó
a interesarse en Keiko, que, mientras
tanto, fue instalada en una piscina
demasiado pequeña para su tamaño.
Alegría
y preocupación
La fama y, sobre
todo, un proyecto financiado en gran
parte por el magnate norteamericano
Craig McGraw permitieron que Keiko
recuperara sus fuerzas en una piscina
construida especialmente para ella
en Oregon. De allí fue trasladada
a la costa meridional de Islandia,
donde comenzaron los numerosos intentos
para liberarla.
Recientemente, Keiko
había empezado a alimentarse
sola, cosa que antes no sabía
hacer. Vinick está convencido
de que la orca se encuentra bien y
de que, finalmente, está disfrutando
de su libertad. Pero algunos cuidadores
están tan preocupados por su
futuro que les escribieron a las autoridades
norteamericanas solicitando ayuda,
ya que temen que Keiko pueda estar
recorriendo los océanos "sola
y muerta de hambre".
27 de agosto de 2002
Fuente:
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