Vecinos de Magdalena
quieren que la firma con sede en Holanda
acepte el fallo que la condena a reparar
los daños por un derrame de
petróleo.
Autoridades y vecinos
de la ciudad bonaerense de Magdalena
se acercaron ayer a la casa de la
princesa de Holanda, la argentina
Máxima Zorreguieta quien
se encuentra en Buenos Aires,
para pedirle que interceda ante Shell,
para que la empresa anglo-holandesa
acepte sin apelar el fallo judicial
que la condenó a reparar los
daños causados en 1999 por
un derrame de petróleo frente
a sus costas.
El desastre ecológico
se produjo el 15 de enero de 1999,
cuando el buque de bandera liberiana
"Sea Paraná" embistió
al "Estrella Pampeana",
de Shell. En el Río de la Plata,
en el kilómetro 93 del canal,
se derramaron 5.300 metros cúbicos
de hidrocarburo. Dos días después,
la marea negra ya había teñido
30 kilómetros de costas y avanzado
hasta 1.500 metros campo adentro en
el partido de Magdalena.
Un mes después,
tras haber retirado poco más
de 1.500 metros cúbicos de
crudo, la empresa dio por cumplido
su trabajo. "Las playas están
limpias y la zona que quedó
afectada es mínima. El sector
se recuperará gradualmente
y de manera natural", consignó
en un informe.
Pero la Municipalidad
de Magdalena decidió recurrir
a la Justicia. El 22 de noviembre
pasado, el juez federal de La Plata
Julio César Miralles dictó
sentencia en el juicio que inició
la Municipalidad contra la petrolera.
La condenó a retirar los residuos
de hidrocarburo y a efectuar tareas
de recomposición del medio
ambiente, por un valor de 35 millones
de dólares. Le fijó
además una multa de 100.000
pesos por cada día de atraso
en la ejecución de las obras.
Pero Shell anunció de inmediato
que apelaría la medida.
Ayer, unos 50 representantes
de los vecinos de Magdalena fueron
hasta el edificio de José E.
Uriburu 1252, donde viven los padres
de Máxima Zorreguieta, casada
con el príncipe Guillermo,
heredero del trono de Holanda. Allí
está alojada la princesa desde
el viernes pasado, cuando llegó
para asistir al acto de graduación
de su hermana Inés, de 17 años.
Acompañaron
al intendente Juan Sibetti delegados
de los bomberos voluntarios y del
centro de jubilados, enfermeros del
hospital público y los trabajadores
junqueros de Magdalena, cuya actividad
se vio fuertemente perjudicada por
la contaminación de las costas.
Todos esperaron en silencio a que
el jefe comunal descendiera del séptimo
piso del edificio, adonde había
subido para entregar la carta.
"La princesa
no estaba, pero nos recibió
personal de su dependencia, que nos
prometió hacerle llegar nuestro
pedido", contó Sibetti
a sus vecinos y a los periodistas
de numerosos medios de prensa nacionales
y extranjeros. "Nuestra actitud
estuvo revestida de un absoluto respeto
y humildad hacia su persona",
agregó.
En la carta, redactada
en un tono afectuoso y sencillo, se
definen como "un pueblo trabajador
de la provincia de Buenos Aires que
vivía del miniturismo, de la
producción rural y de la cosecha
de juncos, además de otras
actividades vinculadas a nuestra hermosa
costa". Tras contarle las circunstancias
del "trágico hecho"
que "tiñó de negro
nuestras playas y diezmó el
motor de nuestro desarrollo",
los vecinos solicitan a Máxima
que interceda ante la empresa con
sede en Holanda.
"En la actualidad
le informan, Shell está
utilizando argucias legales y políticas
para no cumplir con el fallo de la
justicia federal que, luego de un
largo proceso en el que hubo peritajes,
pruebas y contrapruebas, dejó
en claro la responsabilidad de la
empresa y su obligación de
reparar el daño ambiental y
económico sufrido por Magdalena
y sus habitantes".
"Confiamos
en que no te olvidarás de nosotros,
gente humilde y trabajadora que te
quiere y respeta, y sabemos que nos
ayudarás para que en Argentina
se respete la justicia", concluye
la carta, para despedirse con "el
cariño de todo el pueblo de
Magdalena".
4 de diciembre de
2002
Fuente:
PÁGINAS
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