El hambre acecha
a 14 millones de africanos.
El relator de la ONU para el derecho
a la alimentación, el suizo
Jean Ziegler, cuestionó ayer
las entregas estadounidenses de alimentos
para paliar la hambruna que afecta
a 14 millones de personas en el sur
de África. La razón
es que esas partidas contienen alimentos
transgénicos, que, según
Ziegler, "pueden comportar peligros
a medio y largo plazo para el organismo
humano y la salud pública".
El Programa Mundial de Alimentos
(PMA) de la ONU entregó la
semana pasada alimentos donados por
Estados Unidos, que podían
incluir productos transgénicos,
a miles de refugiados en Zambia, uno
de los seis países del sur
de África que afrontan una
grave hambruna. El presidente de Zambia,
Levy Mwanawasa, vetó el 29
de octubre las entregas humanitarias
de alimentos transgénicos porque
considera que "el maíz
de diseño es veneno".
El portavoz del PMA, Richard Lee,
explicó que no había
tiempo de sustituir las partidas norteamericanas.
Ziegler afirmó ayer en un
comunicado que no dudaba de la gravedad
de la hambruna ni de la generosidad
del gobierno estadounidense, pero
aseguró que los riesgos para
la salud de los transgénicos
son una cuestión sobre la que
"la comunidad científica
está todavía dividida",
por lo que debería imponerse
el "principio de precaución".
El relator de la ONU contradijo así
a las propias Naciones Unidas, cuya
máxima autoridad sanitaria,
la Organización Mundial de
la Salud (OMS), recordó el
mes pasado en un informe que "no
se han demostrado riesgos para la
salud humana" en los países
en que los alimentos transgénicos
llevan años comercializados,
como los propios Estados Unidos.
La OMS destacaba también que
los alimentos transgénicos
han sido sometidos a unos rigurosos
controles que ningún alimento
tradicional ha tenido nunca que superar.
La OMS admite, eso sí, un "riesgo
real" de los transgénicos
para el medio ambiente, pero se refiere
a los cultivos de esas semillas, no
a su consumo alimentario.
Ziegler, por el contrario, reprodujo
ayer en su comunicado una serie de
argumentos comerciales y ambientales
que algunas organizaciones ecologistas
suelen aducir para oponerse a los
cultivos de plantas transgénicas.
Así, señaló que
"el argumento de que los organismos
genéticamente modificados son
indispensables para vencer la malnutrición
y el hambre no es convincente".
También puso de relieve que
"la utilización masiva
de transgénicos puede convertir
a los agricultores en dependientes
de las multinacionales que los fabrican
y los venden".
La portavoz del PMA en Ginebra, Christiane
Berthiaume, declaró ayer a
la agencia Efe que "la posición
de Ziegler sólo le compromete
a él", y que el PMA mantiene
una "posición neutral"
en el asunto de la distribución
de los alimentos transgénicos.
"El PMA se limita a distribuir
la ayuda que recibe", dijo Berthiaume.
"Los países receptores
son los que tienen la responsabilidad
de aceptar o rechazar la ayuda".
Este programa de la ONU calcula que
14,4 millones de personas están
amenazadas por la hambruna en Zambia,
Zimbawe, Mozambique, Malawi, Lesoto
y Swazilandia
13 de noviembre de
2002
Fuente:
PÁGINAS
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