ANCHOR POINT,
Alaska (The New York Times).-
Vivir en Alaska ahora que la
temperatura promedio se ha elevado
siete grados durante los últimos
treinta años implica
tener que adaptarse a un paisaje
que puede hundirse, incendiarse
o romperse entre una estación
y otra.
En el pueblo
de Shishmaref, justo al sur
del Círculo Artico, significa
que el agua se está tragando
tantas casas y edificios que
sus habitantes votarán
el mes próximo por el
traslado del pueblo entero tierra
adentro.
En Barrow,
la ciudad más nórdica
de América, significa
tener que lidiar con los mosquitos
en lugares donde hasta ahora
eran inexistentes y rescatar
a cazadores atrapados en hielo
quebradizo en un momento del
año en el que nunca se
había oído hablar
de cosas como ésas.
Desde Fairbanks
hacia el Norte, donde los incendios
se han estado encendiendo desde
mediados de mayo, significa
vivir con palancas hidráulicas
para evitar que las casas se
inclinen y los cimientos, que
solían estar todo el
año congelados, se tuerzan.
Aquí,
en la península de Kenai,
significa vivir en un bosque
de cuatro millones de acres
que ha sido liquidado por los
escarabajos, la pérdida
de árboles por insectos
más grande jamás
registrada en América
del Norte, dicen los funcionarios
federales. Los científicos
del gobierno relacionaron este
acontecimiento con las temperaturas
crecientes, que les permiten
a los escarabajos reproducirse
al doble de velocidad de lo
normal.
En Alaska,
las temperaturas que se elevan,
ya sea por emisiones que causan
el efecto invernadero o por
un prolongado cambio de ánimo
de la naturaleza, no son un
tema de debate o una abstracción.
La temperatura promedio se elevó
cinco grados en verano y diez
en invierno desde 1970.
Mientras el
presidente Bush fue displicente
con respecto a un informe del
gobierno recientemente dado
a conocer sobre cómo
el calentamiento global afectará
al país, el más
importante senador de este Estado,
Ted Stevens, dice que ningún
lugar del mundo está
experimentando un cambio más
asombroso que Alaska.
Entre las
consecuencias, dice, están
los pueblos que se desploman,
los bosques que se mueren, incendios
catastróficos y la posible
disrupción de la vida
marina.
Estos problemas
le costarán a Alaska
cientos de millones de dólares,
afirmó.
Costos
sociales
Los científicos
han estado cartografiando en
Alaska glaciares que se hunden
y mares que se calientan desde
hace algún tiempo. Pero
sólo recientemente comenzaron
a enfocar lo que esto significa
para la gente que vive allí.
Los costos
sociales de las altas temperaturas
han sido mayormente negativos,
dicen aquí. El informe
de la administración
Bush, que fue preparado por
la Agencia de Protección
Ambiental, también encontró
pocos puntos positivos en el
aumento de las temperaturas
de Alaska. Pero aseguró
que el cambio climático
implicaría una estación
de cultivos más larga
y mares libres de hielo que
facilitarían la navegación.
"No hay ninguna duda de
que en la región han
ocurrido cambios climáticos
mayores en las últimas
décadas, con consecuencias
visibles y mensurables",
concluyó el informe del
gobierno del último mes
a las Naciones Unidas.
No es necesario
mucho esfuerzo para localizar
esas consecuencias en un Estado
que posee el 40% del agua de
superficie y el 63% de las tierras
húmedas de los
Estados Unidos. Aquí
en la península de Kenai,
un bosque que ocupa casi el
doble de la superficie del Parque
Nacional de Yellowstone está
en sus últimas etapas
de muerte. Los pinos se yerguen
plateados y amarillentos mientras
sangran savia.
En la península
de Kenai la gente está
retirando algunos de los 38
millones de árboles muertos.
El año último
se produjeron dos grandes incendios
y éste, con temperaturas
de más de 30 grados en
mayo, los funcionarios anuncian
que un incendio es inminente.
"Hemos
tenido tantos acontecimientos
extraños, las cosas son
tan diferentes de lo que solían
ser, que creo que la mayoría
de los habitantes de Alaska
ahora creen que algo realmente
profundo está ocurriendo
-dijo el doctor Grenn Juday,
una autoridad en cambio climático
de la Universidad de Alaska
en Fairbanks-. Estamos experimentando
un innegable calentamiento climático.
Los cambios positivos derivados
de esta situación llevan
mucho tiempo, en cambio los
negativos están ocurriendo
realmente rápido."
18 de junio
de 2002
Fuente:
PÁGINAS
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