La población
de la República Argentina alcanza
la cifra de 36.270.000 habitantes,
datos oficiales del Censo Nacional
del año 2001.
Según la
misma fuente, más de 16 millones
de habitantes están concentrados
en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires y en el Gran Buenos Aires, un
conglomerado que rodea a la ciudad
y comprende 19 partidos.
Las ciudades más
pobladas son Buenos Aires, con casi
tres millones de habitantes; Córdoba
y Rosario, las que rondan el millón
cada una; y La Plata, Mar del Plata
y Tucumán con algo más
de medio millón de habitantes
cada una.
País cosmopolita
Los grupos aborígenes
que habitaban el país a la
llegada de los españoles tienen
en la actualidad escasas posibilidades
de crecimiento, ya que sus condiciones
económicas son pobres y sus
alternativas de trabajo, escasas.
Algunos de estos grupos humanos viven
en reservaciones, pequeños
territorios donde intentan conservar
sus costumbres, heredadas a lo largo
de generaciones. Entre otros grupos,
los más importantes son los
mapuches (72.740 personas), coyas
(147.000), diaguitas (91.650), wichis
(46.768) y se encuentran, en su mayoría,
en el norte de la república
y en la región patagónica.
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Los
debates públicos
en las cámaras del
Congreso Nacional aumentan
la participación
ciudadana en las propuestas
de nuevas leyes. |
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La llegada de los
inmigrantes fue fundamental para el
desarrollo del país. Desde
mediados del siglo XIX hasta comienzos
del siglo XX la Argentina recibió
gran parte de los 65 millones de europeos
que migraron a América. El
primer contingente de colonos que
ingresó al país, en
1856, provino de Suiza y se asentó
en Esperanza, provincia de Santa Fe.
A partir de ese momento, unos 4,5
millones de personas convirtieron
a la Argentina en el segundo país
con mayor cantidad de inmigrantes
del mundo.
Entre la Primera
y la Segunda Guerra Mundial bajó
el flujo inmigratorio, que volvió
a cobrar intensidad entre 1947 y 1955,
cuando un 50% de italianos y un 23%
de españoles se radicaron en
el territorio argentino junto a un
5% de paraguayos. Entre 1956 y 1994
la mayoría de los inmigrantes
procedía de países limítrofes,
especialmente Bolivia, Paraguay y
además, durante la década
de 1970, de Uruguay. Más tarde,
arribaron varios contingentes coreanos,
chinos y taiwaneses. Estos movimientos,
sumados a la migración interna
que busca asentarse en las grandes
ciudades, debido a la mayor oferta
laboral, determinan una baja población
rural (4.285.000 habitantes) y una
alta población urbana (28.324.000),
según los datos del censo de
1991.
Con respecto a las
ocupaciones, el sector económicamente
activo comprende alrededor de un 50%
de habitantes y se distribuye de acuerdo
con el nivel de instrucción
adquirido: primario, secundario y
terciario. El sector primario (agricultura,
ganadería y minería)
ocupa un 6%; el secundario (industria),
el 31% y el terciario (servicios,
bancos, financieras, seguros) el 63%
de la población.
Abarcando los tres
sectores ocupacionales se puede concluir
de manera general que más de
la mitad de los habitantes trabaja
como obrero o empleado en los centros
urbanos (tanto grandes como pequeños),
una cuarta parte desempeña
tareas independientes y el resto comprende
las empresas familiares y el sector
patronal.
Salud y educación.
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El
moderno edificio de la Biblioteca
Nacional fue proyectado
por el arquitecto Clorindo
Testa. |
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Los datos recogidos
entre 1990 y 1995 indican que en Argentina
la esperanza de vida es de unos 72
años, y la tasa de mortalidad
infantil es del 24 por mil. En el
sistema hospitalario nacional existe
una cama cada 227 personas y un médico
cada 376 habitantes. Por otra parte,
más de la mitad de los argentinos
tiene servicios de cobertura médica
por medio de una obra social, un servicio
mutual o un plan de salud prepago.
Sin embargo, las proporciones difieren
según la zona. Por ejemplo,
en la provincia de Tucumán,
el 65% de la población cuenta
con cobertura de salud, en Tierra
del Fuego el 69%, en Santiago del
Estero el 45%, en Jujuy el 56%, en
el Chaco el 48% y en la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires el 80%.
En educación,
la Constitución Nacional ampara
el derecho a la escolaridad. La Ley
Federal de Educación contempla
el ingreso de los niños al
nivel inicial a los 5 años,
y la asistencia a la Educación
General Básica en sus tres
ciclos, desde los 6 hasta los 14 años,
con tres años más de
un tercer nivel, denominado Polimodal.
Este sistema se ha comenzado a implementar
a partir de 1997.
El presupuesto nacional
para la educación es del 3,3%.
En el país hay más de
9.000 centros educativos preescolares,
y 24.500 primarios, entre instituciones
públicas y privadas. El 78%
de los niños concurre a establecimientos
de enseñanza públicos,
y el 22% recibe educación privada.
Argentina figura
entre los países más
alfabetizados del mundo, con un 3,7%
de analfabetismo (un 53% femenino
y un 47% masculino). Este índice
difiere según la región:
disminuye a medida que se acerca a
los centros urbanos y aumenta en las
regiones más pobres; así,
mientras en Buenos Aires hay un 1,3%
de analfabetos, el Chaco tiene un
13%. De acuerdo con el índice
de 1991, en las grandes ciudades y
en las capitales de provincia, el
96% de los niños y jóvenes
en edad escolar reciben educación
primaria, el 54% secundaria y el 14%
terciaria.
Cultura
El fenómeno
de la inmigración hizo que
las poblaciones aborígenes
del territorio recibieran la influencia
cultural de los nuevos habitantes,
quienes a su vez asimilaron costumbres
y conocimientos de los habitantes
primitivos.
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La
calle Florida, en la ciudad
de Buenos Aires. |
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Algunos de los rasgos
culturales de los antiguos pobladores
del país pueden verse en hallazgos
arqueológicos y en artesanías,
instrumentos musicales o comidas tradicionales,
que se elaboran según fórmulas
transmitidas en forma oral, de ancianos
a jóvenes.
A partir de la inmigración
y el desarrollo cultural impulsado
durante las últimas décadas
del siglo pasado y las primeras del
actual, la Argentina experimentó
un gran crecimiento en la construcción
de museos, bibliotecas, salas de teatro
y, más tarde, de cines.
En literatura han
surgido personalidades como Julio
Cortázar, Adolfo Bioy Casares,
Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik,
Juan Gelman, Ernesto Sábato,
Alfonsina Storni, además de
grandes escritores históricos
como Sarmiento y Bartolomé
Mitre.
La música
tradicional argentina se divide en
tres grandes ramas: el folclore, el
tango y el rock nacional. El folclore
se desarrolla en el interior del país
y sus principales ritmos son la zamba,
la chacarera, la tonada y el chamamé.
Algunos nombres destacados en la música
nacional son los del poeta Manuel
J. Castilla, Armando Tejada Gómez,
el músico Gustavo Leguizamón,
el compositor y cantor Atahualpa Yupanqui,
y voces como la de Mercedes Sosa.
El tango es un tipo
de música ciudadana, surgida
en los arrabales de las dos capitales
rioplatenses: Buenos Aires en Argentina
y Montevideo en Uruguay. Entre los
músicos dedicados a este rubro,
los nombres más importantes
son los de Enrique Santos Discépolo,
Homero Manzi, Carlos Gardel, Aníbal
Troilo, Osvaldo Pugliese y Astor Piazzolla.
En el rock nacional,
se destacan innumerables figuras,
como Charly García, Fito Páez,
Carlos Alberto Spinetta, Los Fabulosos
Cadillacs, Divididos, Las Pelotas,
Los Pericos, Andrés Calamaro,
entre otras. Algunos músicos
como León Gieco o Juan Carlos
Baglietto combinan elementos del folclore
con recursos del rock. Durante la
década del 90, los cantores
de música tradicional y los
músicos de otras generaciones,
han actuado en forma conjunta como
Mercedes Sosa con Charly García,
Gieco o Víctor Heredia, logrando
que las generaciones más jóvenes
se acercaran al folclore.
En teatro, se destacan autores como
Gregorio de Laferrére, Enrique
Larreta, Roberto Cossa y Carlos Somigliana,
entre otros muchos dramaturgos.
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Durante
varias décadas las
trayectorias artísticas
de Charly García
y Mercedes Sosa, gozaron
de amplia aceptación
popular. |
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En el rubro cinematográfico,
Argentina cuenta con una gran cantidad
de autores y directores, desde los
comienzos de esa industria en los
países más desarrollados.
Mario Soffici, Leopoldo Torre Nilson,
Jorge Prelorán, Adolfo Aristarain
y María Luisa Bemberg, son
algunos destacados directores.
En pintura, el país
tiene una larga historia representada
por Martín Malharro, Emilio
Pettoruti, Antonio Berni, Lino Spilimbergo
y Leopoldo Presas, entre otros artistas
de renombre internacional.
En 1936, Carlos
Saavedra Lamas recibió el Premio
Nobel de la Paz, en 1947 Bernardo
Houssay el de Medicina, Federico Leloir
el de Química en 1970, Adolfo
Pérez Esquivel nuevamente el
Nobel de la Paz en 1980 y César
Milstein fue galardonado con el de
Medicina de 1984. El escritor Jorge
Luis Borges no obtuvo esa distinción,
pero fue candidato durante muchos
años.
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