La Municipalidad
comenzó ayer el cierre progresivo
del relleno sanitario Gallego III, ubicado
en el sudoeste de la ciudad, que deberá
finalizar en agosto por decisión
judicial. El plan contempla reducir
el número de camiones que vierten
la basura domiciliaria en el lugar para
ir reemplazándolo por otros sitios,
como Ricardone y San Nicolás.
Pero todo se desarrolla en una delicada
transición, que tiene a la localidad
de Alvear como destino definitivo. No
será sencillo, dado que la provincia
ya rechazó la autorización
para habilitar el futuro predio en ese
lugar, aunque ayer el Ejecutivo municipal
planteó que se reconsidere su
propuesta.
Las 400 toneladas de residuos que
genera Rosario por día aún
tienen un derrotero incierto. Ante
los vecinos de Puente Gallego el municipio
cumplió su palabra de comenzar
el cierre del relleno a partir de
ayer, pero no se sabe aún qué
ocurrirá con la disposición
de la basura después de agosto.
Servicios Públicos municipal
sufrió la negativa de la Secretaría
de Medio Ambiente provincial, que
rechazó su estudio de factibilidad
para instalar un relleno sanitario
en Alvear. Ahora todas la fichas están
puestas en un recurso de reconsideración.
"Si para agosto no tenemos Alvear,
sí o sí habrá
que hallar rápidamente otro
lugar", aseguró el edil
radical Pablo Javkin.
13 de junio de 2003
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