La mancha de
fuel oil que derramó un petrolero
mide 551 kilómetros cuadrados.
Pone en peligro a los 1.800 ejemplares
del acuario de La Coruña. Una
esperanza: mejoran las condiciones
climáticas.
Una inmensa mancha
de fuel oil de 551 kilómetros
cuadrados avanzaba anoche hacia las
costas gallegas pero, al mejorar el
tiempo, existían más
esperanzas de poder controlarla. Dos
naves aspiradoras de combustible trabajaban
en la zona y se esperan otras cuatro
que navegan a toda máquina
hacia Galicia. La marea de carburante
equivale por su tamaño a cuatro
veces la ría de Vigo. El fuel
oil derramado ya dañó
150 playas.
La mancha es rectangular
y está fragmentada en unas
100 partes de diversos tamaños,
informó el gobierno gallego,
que se prepara "para la peor
de las hipótesis", es
decir que ese combustible llegue a
las costas en cuatro días.
Pero las condiciones meteorológicas
mejoraron en las últimas horas
de la tarde y al anochecer.
La marea negra ya
ha tocado el famoso Acuario de La
Coruña, La Casa de los Peces,
"convertido en un símbolo
internacional del ecosistema destruido",
comenta el prestigioso diario La Voz
de Galicia.
Personal del Acuario
atendió a dos focas con manchas
negras en los bigotes y la piel que
viven en una piscina junto al mar.
El Museo está acosado por manchas
que si siguen avanzando pondrán
en grave peligro a los 1.800 ejemplares
de su inmenso Acuario, cuyas peceras
se abastecen de agua tomada directamente
del mar.
Las autoridades
de La Coruña decidieron que
el acceso sería desde ayer
gratis para que los visitantes puedan
contemplarlo, cada vez más
destrozado.
Ciudadanos gallegos
y numerosos turistas concurrieron
de inmediato en medio de un clima
de gran pesar. "Creemos que es
fundamental que la gente pueda ver
lo que estamos matando. Ahora mismo
éste es el único lugar
de Galicia en el que podemos mostrar
al mundo el ecosistema que está
muriendo por la catástrofe",
señaló Ramón
Núñez, director del
centro.
Pero ayer también
se anunció que se cerraba la
sala principal, Nautilus, y que todo
el esfuerzo del personal se concentraba
en evitar que la contaminación
dañara "el complejo y
delicado sistema de captación
y filtración de agua",
por lo que se reduce al mínimo
el suministro de los tanques.
Desde todo el mundo
llegan mensajes de solidaridad y promesas
de ayuda para el Acuario gallego,
provenientes de otros museos del mar
y centros científicos.
Los últimos
análisis son esperanzadores.
Anoche se abrieron algunas compuertas
después de comprobar que el
agua no tenía rastros de fuel.
La marea negra también llegó
al espacio protegido de La Coruña
Lago de Xuño.
Una avería
con serias consecuencias
El desastre comenzó
cuando el petrolero Prestige tuvo
una avería, el miércoles
13 y derramó más de
5.000 toneladas de un fuel oil altamente
contaminante con 2,5% grados de azufre
en lugar del 1% habitual. El accidente
se produjo frente a Cabo Fisterra.
Después la nave fue remolcada
a altamar, donde se hundió
derramando más de 10.000 toneladas
de combustible a 237 kilómetros
de Galicia. La mancha se sabe
ahora- mide 551 kilómetros
cuadrados.
Ya están
seriamente afectados más de
400 kilómetros de los 1.195
del ecosistema de la costa gallega,
de los cuales 95 kilómetros
corresponden a unas 150 playas cubiertas
de fuel. En costas y playas ya se
recogieron 1.245 toneladas de vertidos.
El paisaje de muchas
playas es desolador. Cientos de voluntarios
y trabajadores luchan desesperadamente
por limpiar la arena de los grandes
pegotes de fuel. También hay
muchas aves afectadas; algunas se
salvan cuando los voluntarios las
llevan en cajas hasta los centros
de emergencia que abrieron varios
veterinarios.
Grupos de jóvenes,
especialmente de Alemania, que estaban
como turistas se dirigieron a Galicia
para colaborar en las tareas de limpieza.
"Esto es una pesadilla y puede
suceder en cualquier parte",
dijo una joven alemana.
Mientras tanto,
se ha abierto una dura polémica
entre el Partido Popular y la oposición
socialista que acusa al gobierno de
haber reaccionado tarde y no organizar
una eficaz lucha contra la marea negra.
El líder
popular Manuel Fraga, presidente de
la comunidad autónoma, deberá
enfrentar una moción de censura
a su gobierno presentada por el Partido
Socialista de Galicia. Los socialistas
acusan a Fraga de haber estado de
cacería cuando los vertidos
ya habían afectado las costas.
Añadieron
que la gestión de Fraga ante
el derrame ha sido "desastrosa"
y que "ha dado la espalda a Galicia
en un momento de gran necesidad".
Los nacionalistas gallegos pidieron
la dimisión de Fraga, pero
el presidente de la Xunta rechazó
estas acusaciones y afirma que volvió
de inmediato a Galicia y dirigió
en todo momento las tareas contra
la marea negra.
25 de noviembre de 2002
Fuente:
PÁGINAS
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