De 159, sólo
39 fueron devueltos al mar. Científicos
tomaron muestras de los animales para
estudiarlas. En la Argentina hubo
un varamiento masivo de estos cetáceos
en 1991, en el que murieron 409 ejemplares.
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Se
trata de un fenómeno
tan frecuente como inexplicado
en esa región |
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En
Nueva Zelanda, el equipo
de voluntarios luchaba ayer
por salvar a las ballenas
piloto sobrevivientes |
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Forrest,
de 7 años, trata
de descubrir si uno de los
cetáceos respira |
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Anteayer, a la hora del almuerzo,
los habitantes de la remota isla Stewart,
situada a 30 kilómetros de
la isla principal de Nueva Zelanda,
se encontraron con un trágico
espectáculo: 159 delfines conocidos
como ballena piloto habían
varado en una playa apodada The Neck
in Paterson´s Inlet (el cuello
de la ensenada de Paterson).
Sólo 39 estaban vivas aún
cuando llegó el equipo de rescate
del Departamento de Conservación
de Nueva Zelanda y comenzó
a cubrir a las sobrevivientes con
sábanas húmedas para
protegerlas del calor. Finalmente,
fueron necesarias 80 personas, entre
voluntarios y personal de rescate
para devolverlas al mar al atardecer,
aprovechando la subida de la marea.
"Hoy no hemos encontrado signos
de las ballenas piloto devueltas al
mar -dijo el director para la región
sur del Departamento de Conservación,
Greg Lind, al diario neocelandés
The New Zealand Herald-; seguramente
debieron haber logrado regresar a
salvo a mar abierto."
Los varamientos masivos de ballenas
piloto -que a pesar de su nombre pertenecen
a la familia de los delfines- no son
extraños en la isla Stewart.
El peor ocurrió en 1998, cuando
320 ejemplares aparecieron tirados
al sol del otro lado de la isla, en
las playas de Doughboy Bay; dos años
después, otras 65 ballenas
piloto murieron en otra parte de la
isla llamada Maorí Beach.
Expertos locales señalaron
a The New Zealand Herald que la playa
en la que aún descansan las
carcazas de 120 delfines se eleva
sólo dos metros por sobre el
nivel del mar, y que hay indicios
que sugieren que se encontraría
a mitad de camino de una antigua ruta
migratoria de cetáceos.
"Tenemos un equipo que seguirá
trabajando en la isla los próximos
días para tomar muestras de
tejido para estudiarlas y compararlas
con muestras tomadas en Maorí
Beach, pero las carcazas quedarán
allí hasta descomponerse",
dijo Lind.
Pilotos desorientados
"Las ballenas piloto son las
que varan con más frecuencia;
normalmente, en varamientos masivos",
comentó Mariano Sironi, director
científico del Instituto de
Conservación de Ballenas (www.icb.org.ar)
, en una conversación telefónica
desde la Universidad de Madison, Estados
Unidos.
"Estas ballenas dentadas suelen
vivir en manadas dirigidas por un
solo animal, que generalmente es una
hembra adulta que conoce bien la zona
-explicó este experto en cetáceos-.
Todo el grupo lo sigue, de modo tal
que si éste se desorienta y
se vara, es muy probable que los demás
también terminen varados al
seguirlo."
Una de la causas que explican la
pérdida de una correcta orientación
para desplazarse por el agua que da
lugar a los varamientos son ciertas
alteraciones del sistema nervioso
-en particular del oído medio-
ocasionadas por parásitos.
"En algunos casos, estas enfermedades
pueden contagiar a toda la manada,
que se desorienta y termina varada",
comentó Sironi.
Otra teoría que busca explicar
la muerte masiva de ballenas por varamientos
sostiene que se deben a las alteraciones
del campo magnético terrestre,
del que se valdrían estos mamíferos
marinos para orientarse, ocasionadas
por la presencia de grandes yacimientos
de hierro.
Recuerdos del Sur
Aunque muy pocos lo recuerden, la
costa argentina también ha
sido testigo de varamientos masivos
de ballenas piloto, incluso de magnitudes
mayores a la ocurrida en Nueva Zelanda.
.
"En una playa solitaria, ubicada
entre las localidades de Camarones
y bahía Bustamente, a unos
290 kilómetros al sudoeste
de Rawson, fueron localizadas 409
ballenas piloto muertas", es
16 de noviembre de 1991.
"Fue una verdadera trampa -declaró
en esa ocasión el licenciado
en oceanografía Antonio De
Nichillo, de la Dirección Provincial
de Protección Ambiental-. La
bajamar las sorprendió contra
un islote y los cetáceos, aunque
lo hayan intentado, no pudieron retornar
nuevamente a las aguas más
profundas."
Sin embargo, no todos los episodios
de varamientos son tan espectaculares.
"En el caso de las ballenas
francas, estos ocurren todos los años,
aunque suelen ser aislados y no masivos
-apuntó Sironi-. Desde 1970,
el incrementó de ballenatos
varados es del 6,9% anual, en coincidencia
con el incremento de de la población
de ballenas francas."
9 de enero de 2003
Fuente:
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