La fauna ictícola
del Río Paraná en estado
crítico
La riquísima
fauna ictícola del río
Paraná, frente a las costas
de Rosario, se encuentra en un estado
crítico y con especies de las
que ya no se consiguen ejemplares,
como el pacú y el manguruyú.
En tanto, las larvas del sábalo
se verán afectadas con la construcción
del puente a Victoria, según
un informe elaborado por especialistas
ambientales santafecinos.
Los ecologistas
y pescadores de la zona culparon por
la desaparición de ciertos
peces a los desechos industriales,
la realización de megaobras
sobre el lecho del río y a
la pesca indiscriminada que se practica
a lo largo y ancho del curso.
La Subsecretaría
de Medio Ambiente y Ecología
de la provincia - encargada del control
- no cuenta con los medios y el personal
suficientes con el fin de llevar adelante
operativos para combatir la depredación
de las especies. Sin embargo, de vez
en cuando hay procedimientos en conjunto
con oficiales de Prefectura y de Policía,
a los que se les piensa incorporar
el trabajo de los guardafaunas.
La fauna del Paraná
está integrada por una amplia
gama de especies y variedades de peces
de agua dulce que van desde los caracoideos
(mojarras, sábalos, pacúes,
tarariras y dorados) y los siluriformes
(bagres, surubíes, manduvíes,
patíes y viejas del agua).
Algunas tienen un importante valor
para la pesca deportiva y para uso
comercial y de consumo, y otras son
utilizadas como carnada u ornamentas.
Los pueblos autóctonos
de este sector del país fueron
asiduos consumidores de pescados,
a través de sus diferentes
formas de preparación. Luego,
los primeros españoles y sus
descendientes criollos también
aprovecharon los recursos del río.
En la actualidad, conviven la pesca
deportiva, la artesanal (para consumo
humano) y la comercial, ya que el
pescado es el recurso vital para isleños
y habitantes del río que lo
venden a los acopiadores.
El aumento en la
cantidad de pescadores que buscan
al río como medio de subsistencia
obligó a que cada vez se saquen
mayor número de ejemplares
y de menos tamaño. Esto provoca
un desequilibrio en la reproducción
de las especies, según los
especialistas.
La falta del
pacú y el manguruyú
La desaparición
del pacú y el manguruyú
en las costas rosarinas obedece a
una conjunción de factores
- según el ecologista Sergio
Rinaldi - entre los que se cuenta
la realización de megaobras
como Yacyretá y el túnel
subfluvial, cuyo impactos sonoros
son negativos para el arribo de las
especies, y la contaminación
industrial en varias oportunidades
denunciada por Greenpeace.
Más moderados,
los técnicos de la Subsecretaría
de Medio Ambiente y Ecología
de la provincia indicaron que, debido
a la bajante del río, una gran
cantidad de peces emigró a
otros lugares donde había más
caudal de agua y otros fueron capturados
por las aves, pero "no hay mortandad
de los mismos". Inclusive, agregaron
que el pacú y el manguruyú
se pueden encontrar a medida que se
sube la cuenca del Paraná.
Un estudio publicado
por el Centro Regional de Investigación
y Desarrollo (Ceride), sostiene que
el puente Rosario-Victoria "contribuye
ala pérdida de hábitats
de refugio de las larvas del sábalo".
Según los investigadores, cuando
la hembra del sábalo pone los
huevos (desova) desparrama las larvas
a lo largo y ancho del valle aluvial
(islas, lagunas interiores y riachos)
y los terraplenes de la obra pueden
afectar el flujo de huevos y larvas.
Los conocedores
del río
Pescadores de Rosario,
Granadero Baigorria y San Lorenzo
consultados por La Capital expresaron
su preocupación porque no se
sacan tantos pescados como en otras
épocas y a medida que pasa
el tiempo las medidas y los pesos
van en descenso, es decir, se pescan
ejemplares más jóvenes,
lo que pone en peligro su reproducción
"Ya no se consiguen salmones,
surubíes grandes, sábalos
de correntadas y dorados de buen peso",
se lamentó uno de ellos.
Los pescadores admitieron
que otro factor determinante para
calificar como "crítico"
el estado de la fauna ictícola
es la depredación que comenten
algunos "desaprensivos"
al utilizar grandes redes y tramayos.
"Si estos perduran, dentro de
4 ó 5 años no va a salir
nada", pronosticó el joven
Pablo Vidal, entrenador de la modalidad
spinning. Y don Ignacio Roldán
(hijo de pescadores y ex pescador)
se aventuró en proponer "una
veda total" por un tiempo.
En la pesca deportiva
existe veda absoluta para el manguruyú
y el pacú, y hay una seria
de tallas mínimas para las
especies: 65 centímetros para
el dorado y 75 para el surubí,
entre otras.
Pero los casi 800 kilómetros
de costa que tiene la provincia sobre
el río Paraná se vuelven
incontrolables a la hora de detectar
pescadores furtivos y depredaciones
a nivel industrial, como se ha comprobado
en operativos de decomiso de pescados
y denuncias realizadas por grupos
ecologistas de las localidades de
Puerto Gaboto, Monje, San Javier y
Helvecia, por citar algunas.
El subsecretario
de Medio Ambiente Provincial, Lorenzo
Domínguez, confirmó
que unas 100 personas se encargan
de controlar la costa a lo largo del
territorio santafecino y 8 de ellas
tienen capacidad para sancionar en
la zona de Rosario, aunque aclaró
que "son insuficientes".
Por eso, la idea del funcionario es
"aumentar, capacitar y hasta
convertir en un cuerpo rentado"
a los guardafaunas que hay en la provincia
para fortalecer los operativos. A
raíz de un convenio, la Prefectura
y la Policía actúan
en procedimientos de decomiso.
Investigadores,
funcionarios, pescadores y personas
relacionadas con la actividad desarrollaron
cuatro "talleres de pesca"
a fines de 1999 en las provincias
de Santa Fe y Entre Ríos. Allí
se concluyó en diseñar
políticas para mejorar la legislación
y los controles, aportar a la investigación,
y apuntar a la concienciación
de la población. Porque según
dicen, el cuidado del río marrón
y su fauna es un problema de todos
y de cada uno.
Las importancia
del sábalo
"Entre los
chaná-timbúes - pueblo
que desapareció tras la irrupción
española - la importancia del
sábalo se evidencia en hallazgos
arqueológicos hechos cerca
de Rosario (provincia de Santa Fe),
donde se encontraron, asociados con
restos de materiales de la cultura
de estas gentes, grandes cantidades
de escamas de ese animal" Párrafo
extraído de la colección
Fauna Argentina, publicada por el
Centro Editor de América Latina.
Fauna en peligro:
la gran pecera del Paraná
La fauna íctica
del río Paraná en territorio
argentino se calcula en alrededor
de 300 especies. Estas se agrupan,
a su vez, en varios tipos o grupos
biológicos.
La divisiones responden a factores
tales como el lugar que habitan, las
características migratorias
o la estructura corporal.
Así, es que
existen peces que moran en las profundidades
y otros que son de aguas abiertas.
Están los que sólo vienen
a nuestra región en invierno
y aquellos que permanecen todo el
año. Los de cuerpo alargado,
como el surubí o el patí,
y los circulares, como la raya, que
tiene esa forma para permanecer en
el lecho fluvial.
Muchos de ellos
hoy se encuentran en peligro de extinción.
Y otros corren serios riesgos en el
futuro inmediato.
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