En torno a los dos
polos de la esfera terrestre se extienden
las regiones polares. Los casquetes
polares se encuentran limitados por
los círculos polares Ártico,
a los 66º 33' de latitud Norte,
y Antártico, a la misma latitud
en el hemisferio Sur. Ambas regiones
están en su mayor parte cubiertas
de hielos, producto de la acumulación
de nieve invernal que no alcanza a
ser fundida por la luz solar durante
el verano. Son características
de los mares polares las grandes masas
de hielos llamadas icebergs, bloques
que por estar situados al borde de
las costas se desprenden y comienzan
a flotar a la deriva, hasta que desaparecen
confundidos con el agua del mar.
El clima polar
En los polos, por
la posición de la Tierra respecto
del Sol, los rayos bajan oblicuamente.
En consecuencia, no logran ser absorbidos
totalmente por el suelo, y un gran
porcentaje del calor es rechazado
por reflexión. Las temperaturas
son muy rigurosas; en muchos sitios,
no alcanzan valores por encima de
cero ni siquiera en verano. Las marcas
extremas que se han registrado son
de -88º C en la Antártida,
y -50º C en el Ártico.
Otra característica es que
en ambas áreas, a medida que
se está más cerca de
los polos, los inviernos son más
oscuros y los veranos más luminosos.
En las zonas polares, verano e invierno
duran seis meses, y durante la estación
más fría el Sol no asoma
en el horizonte.
La vida en el
Ártico y el Antártico
En su sector continental,
el Ártico comprende los extremos septentrionales
de América del Norte (Alaska, Canadá
y Groenlandia), Europa (países escandinavos)
y Asia (Rusia)
El hecho de que
los fríos no sean tan extremos
en la región ártica
se debe a que la mayor parte de ésta,
a diferencia de la Antártida,
está ocupada por el mar. La
masa de agua oceánica absorbe
mejor el calor durante el largo verano.
El animal más
conocido de este bioma es el oso polar,
el mayor carnívoro viviente.
Puede llegar a pesar 800 kg., y se
alimenta sobre todo de focas y peces.
Cuando no consigue atraparlos, come
musgos y líquenes.
A diferencia del
Ártico, la Antártida
es un verdadero continente, de unos
14.000.000 de km2.
Apenas 7.600 km2
de esa extensión quedan libres
de hielo; el casquete glacial tiene
en algunos sitios hasta 4 km. de espesor.
La vida vegetal se reduce a líquenes
y musgos. Sin embargo, hay dos especies
de plantas con flores. Ambas crecen
en la Península Antártica,
el extremo más cercano a América
del Sur, más cálida
y húmeda que el resto del territorio.
Los líquenes surgen en las
superficies desnudas de las rocas.
Son muy resistentes al frío
y a la sequía; obtienen agua
de la nieve fundida, y nutrientes
de excrementos de aves, transportados
por el viento.
Ante la escasa vegetación,
no existen mamíferos terrestres.
El animal terrestre de mayor tamaño
mide 0,5 cm: es una mosca sin alas,
que en verano habita en los charcos
de agua dulce. Allí se encuentran
también diminutos crustáceos,
junto con protozoos y otras formas
vivientes sencillas.
Los pingüinos
son aves no voladoras que anidan y
viven en grandes colonias cerca de
las costas.
Son torpes en tierra,
pero muy hábiles nadadores
y buceadores. El pingüino emperador
es la especie más bella y de
mayor tamaño. Otras aves típicas
de la región son los albatros
y los petreles. Poseen alas alargadísimas
y angostas que les permiten planear,
en un vuelo continuo sobre la superficie
del mar.
Sólo descienden
al agua para alimentarse de peces
y calamares o para reposar. En tierra
firme se posan sobre prominencias
rocosas, pero únicamente durante
el período de reproducción.
A pesar del
frío extremo y la larga
noche polar, se pueden econtrar
en estas regiones innumerables
especies, como osos polares, focas
ballenas, pingüinos y otros.
Seis especies de
focas habitan la región; en
el siglo XIX han visto drásticamente
reducida su presencia por las cacerías
desatadas para aprovechar su piel
y su grasa. Otro poblador típico
de las aguas antárticas es
la ballena, igualmente amenazada por
la captura indiscriminada con fines
industriales.
Se ha prohibido
la pesca de algunas de sus especies,
como la de la ballena azul. Para otras
sólo se permite, como en el
caso de las focas, la captura con
fines científicos. En los fondos
marinos antárticos existe gran
riqueza en peces, que se alimentan
sobre todo de kril. Se llama así
al zooplancton, formado por varias
especies de crustáceos marinos.
El kril desempeña
un papel importantísimo en
la cadena alimentaría, por
lo que el exceso de su pesca podría
introducir peligrosas modificaciones
en los biomas marinos.
El continente antártico
es de gran valor ecológico,
pues participa en la regulación
del clima en todo el planeta, y en
el flujo de las corrientes oceánicas.
El riesgo de la alteración
de un ecosistema de tal importancia
impulsó, a partir del Tratado
Antártico de 1959, la acción
de muchos grupos de científicos,
ecologistas y ciudadanos comunes que
propician declarar a la Antártida
reserva ecológica de la humanidad.
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