La catástrofe
podría alcanzar dimensiones
extraordinarias. Tan grave es la situación
que el rey de España decidió
visitar la zona afectada.
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Las
tareas de limpieza en las
áreas perjudicadas
son perma-nentes. |
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En medio de la desesperación
de trabajadores y habitantes de las
costas gallegas, una gigantesca marea
negra de fuel amenaza llegar en dos
días, este fin de semana, a
las zonas del litoral ya gravemente
dañadas por los vertidos de
combustible. De producirse esta situación
la catástrofe ecológica
ya existente alcanzaría dimensiones
extraordinarias.
Los pronósticos
indican que el viento del sudoeste
rotará en las próximas
horas hacia el noreste empujando las
mareas negras hacia el litoral gallego.
El mar de fondo
tiene olas de cuatro a seis metros,
lo que impide trabajar a las siete
naves de diversos países europeos
que absorben el combustible. También
provocan serios daños en las
barreras que intentan bloquear la
entrada del fuel en las zonas marisqueras,
los puertos y las playas, 150 de las
cuales ya están dañadas.
La situación
es tan grave que el rey de España
visitará el área afectada,
sobrevolará las costas gallegas
y escuchará a los afectados.
A las playas y costas anegadas de
combustible, con las arenas ennegrecidas
y aves empapadas en fuel, se acercaron
varios colegios gallegos que llevan
a los alumnos para que presencien
la catástrofe y tomen conciencia
de la necesidad de preservar el medio
ambiente.
La mancha que se
formó en la zona del hundimiento
del petrolero "Prestige",
formada por 11.000 toneladas de un
fuel altamente contaminante, alcanzó
los 550 kilómetros de extensión.
Las autoridades reconocieron ayer
que el 38% de los elementos contenidos
por el carburante es tóxico,
tanto que uno de los voluntarios en
la limpieza de una playa debió
ser internado, afectado en las vías
respiratorias.
Los aviones y helicópteros
que sobrevuelan la gran mancha anunciaron
que se partió en dos núcleos
principales y muchos secundarios más
pequeños. Hasta ahora, el viento
la impulsaba paralela a la costa gallega
pero al cambiar la dirección
de un fuerte temporal la marea se
acercaba al área de Finisterra
y la Costa de la Muerte en La Coruña.
El "Prestige"
se averió el 13 de noviembre
frente a las costas gallegas y vertió
unas 5.000 toneladas de combustible.
La nave fue arrastrada mar adentro
pero se partió en dos y vertió
unas 12.000 toneladas de fuel. El
gobierno español sostiene que
hubo nuevos derrames y que el barco
está a unos 3.500 metros de
profundidad. Sin embargo, los gobiernos
portugués y francés
insisten en que se siguen registrando
vertidos contaminantes.
La ministra francesa
de Ecología, Roselyne Bachelot,
visitó la zona e informó
al parlamento de su país que
los restos hundidos continúan
filtrando hidrocarburos.
Los daños
son graves también en los fondos
marinos. "La plataforma continental
gallega está herida de muerte",
anunció el diario La Voz de
Galicia. "El riesgo medioambiental
no se limita a la superficie del mar.
La mayor parte de los vertidos, en
constante movimiento, se hallan distribuidos
a media profundidad y en los fondos
marinos", añade el diario.
"Los depósitos en el fondo
pueden arruinar el ecosistema durante
muchos años", señaló
un veterano patrón de nave.
Entre pescadores y mariscadores ya
hay más de 7.000 personas cuyas
actividades se paralizaron.
29 de noviembre de 2002
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