Era un carnívoro
temible por lo depredador, que vivió
hace 65 millones de años. Medía
9 metros de largo. Es la primera vez
que reconstruyen el cráneo
de un dinosaurio en la India. Es un
abelisaurio, familia bautizada así
por paleontólogos argentinos.
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Reconstrucción
artística del dinosaurio
indio. |
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El
cráneo del Rajasaurus
narmadensis. |
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No es mucho lo que se sabe de los
dinosaurios que millones de años
atrás habitaron las tierras
que actualmente conforman la India.
Esto se debe a que buena parte de
las formaciones geológicas
donde descansan los restos de estas
extintas criaturas resultan inaccesibles
para el trabajo de los paleontólogos.
Lo exiguo del registro fósil
indio subraya la relevancia del hallazgo
hecho público ayer por el prestigioso
paleontólogo norteamericano
Paul Sereno, de la Universidad de
Chicago. En una conferencia de prensa
realizada en Mumbai, India, Sereno
anunció el descubrimiento del
primer cráneo de dinosaurio
que se ha podido reconstruir en ese
país.
El cráneo y otros fragmentos
de su osamenta descubiertos cerca
del río Narmada, en el oeste
de la India, corresponden a un nuevo
e imponente dinosaurio carnívoro
de aproximadamente nueve metros de
largo, que los paleontólogos
bautizaron Rajasaurus narmadensis
(que significa "dinosaurio real
de Narmada").
Este animal, que vivió hace
65 millones de años, presentaba
una extraña cresta: "Hay
un hueso que sobresale de la parte
superior del cráneo; nos hace
pensar que el Rajasaurus habría
tenido una especie de cuerno en la
cabeza", dijo Jeff Wilson, paleontólogo
de la Universidad de Michigan, EE.UU.,
que participó de la descripción
del nuevo dinosaurio.
Esa extraña protuberancia,
junto con otros caracteres que permiten
ubicarlo dentro de la familia de terópodos
carnívoros llamada abelisaurios
, emparenta al Rajasaurus con varios
dinosaurios patagónicos ( Abelisaurus
, Carnotaurus y Aucausaurus ), y uno
de Madagascar (el Majungatholus ),
que comparten un todavía no
explicado gusto por la ornamentación
de sus cráneos.
La descripción del Rajasaurus,
financiada por la National Geographic
Society, y de la que participaron
los paleontólogos indios Suresh
Srivastava y Ashok Sahni, se publica
en la edición de agosto de
la revista del Museo de Paleontología
de la Universidad de Michigan.
De la India a la Patagonia
Aunque existen pocas evidencias fósiles
al respecto, la presencia de los abelisaurios
en la India tiene su historia. "Ya
en 1917 fueron desenterrados restos
de abelisaurios en el norte de ese
país, descriptos en 1933 por
el paleontólogo alemán
Frederich von Huene. Por su parte,
su colega indoamericano Sankar Chatterjee
descubrió nuevos restos de
estos animales", dijo Fernando
Novas, paleontólogo del Laboratorio
de Anatomía Comparada del Museo
de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.
Claro que ni von Huene ni Chatterjee
sabían que lo que habían
tenido entre manos eran huesos de
abelisaurios. Sólo en 1985,
el paleontólogo argentino José
Bonaparte y Novas acuñarían
el nombre de esta familia de dinosaurios.
"Los abelisaurios fueron carnívoros
ampliamente distribuidos en (el supercontinente
llamado) Godwana y muy diversificados
hacia fines de la era de los dinosaurios",
explicó Novas. Investigaciones
recientes realizadas por este paleontólogo
junto a su colega india Saswati Bandyopadhyay
confirmaron el parentesco entre varios
dinosaurios indios descriptos por
Von Huenen en 1933 y sus parientes
patagónicos.
Ahora, afirma Novas, "el hallazgo
del Rajasaurus aportará nuevos
datos que nos permitirán conocer
un poco mejor la evolución
de este peculiar grupo de depredadores
que reinaron en los continentes australes
hacia fines de la Era Mesozoica".
Desempolvando huesos
Los huesos que ahora los paleontólogos
atribuyen al Rajasaurus llevaban casi
veinte años juntando polvo
en una oficina del departamento de
Reconocimiento Geológico, en
Jaipur, India. En 1983, Ashok Sahni,
de la Universidad Panjab, y Suresh
Srivastava, de Reconocimiento Geológico,
comandaron una expedición que
partió en busca de restos fósiles
a la región de Narmada.
Los huesos de dinosaurios carnívoros
y herbívoros hallados durante
esa compaña se amontonaban
en la oficina de Srivastava en Jaipur,
hasta que sus colegas Sereno y Wilson
decidieron echarle una mirada a la
colección. Coincidieron con
sus colegas indios en concentrar esfuerzos
en la parte central de un cráneo.
Srivastava había documentado
la ubicación en la que había
sido hallado cada hueso de la colección.
"Tomamos un marcador y empezamos
a colorear cada uno de los huesos
en el mapa", comentó Sereno.
Este método les permitió
identificar otros huesos (de la cadera
y el sacro) del mismo ejemplar.
"Sentados en el piso de pronto
nos dimos cuenta de que lo que se
había descubierto era el esqueleto
parcial de un nuevo dinosaurio carnívoro",
concluyó. Más tarde
habrían de llamarlo Rajasaurus.
13 de agosto de 2003
Fuente:
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