En la era de las
conexiones a Internet, de los bienes
de consumo, de la tecnología
y de la declaración de intenciones
por parte de los gobiernos del mundo,
el agua seguirá sin ser un derecho
fundamental para los más de 1.500
millones de personas que hoy en día
no tienen acceso al agua potable o para
los 2.300 millones que carecen de un
sistema básico de saneamiento.
Tampoco será un derecho para
las 6.000 personas que cada día
mueren por enfermedades causadas por
agua contaminada o no tratada.
Esta es una de las conclusiones a
las que han llegado los ministros
y representantes de los 170 países
y territorios reunidos durante tres
días en el III Foro Mundial
del Agua. El encuentro finalizó
ayer con la lectura de una Declaración
que traza las directrices para lograr
reducir a la mitad la población
que carece de agua potable y de sistema
de saneamiento para 2015 y que queda
muy lejos del protocolo vinculante
que exigían los grupos más
críticos. El texto reconoce
el agua como una "fuerza que
conduce a la erradicación de
la pobreza y el hambre, indispensable
para la salud y el bienestar humano",
aunque no como derecho fundamental,
en contra de las peticiones de las
organizaciones no gubernamentales
(ONG).
El documento también recomienda
reforzar la atención hacia
las comunidades locales y declara
el compromiso de los firmantes a fortalecer
la asistencia a los países
más pobres y desfavorecidos.
Asimismo, resalta la importancia de
la cooperación internacional
y los esfuerzos por asistir a los
países menos desarrollados
en el saneamiento, la gestión
de recursos hídricos, la contaminación
y la prevención de desastres
ecológicos.
Capítulo financiero
El controvertido capítulo
financiero quedó resuelto con
el deber de facilitar las inversiones
de acuerdo con los planes nacionales
de desarrollo y las estrategias de
desarrollo sostenible, informa Efe.
Con respecto al polémico informe
sobre la Financiación de Infraestructuras
de Agua, realizado por Michael Camdessus,
y que sugiere la financiación
conjunta público-privada y
que propone a los Gobiernos que dupliquen
sus ayudas en materia de agua, los
delegados reunidos en Kioto se limitaron
a tomar nota. Camdesuss se mostraba
ayer tajante al declarar que «si
no aceptan mi propuesta, sólo
tienen dos opciones: o presentar una
buena alternativa o renunciar a las
metas del Milenio».
La Declaración adoptada ayer
no ha satisfecho a las ONG y grupos
independientes que han denunciado
el carácter «sugestivo»
y «poco comprometido»
del texto firmado. «El Foro
ha demostrado la convergencia de ideas
y el éxito de algunas acciones,
y creemos que éste ha sido
el mayor logro, pero la declaración
se ha quedado corta», señaló
Ger Bergkamp, jefe de la Unión
Mundial de Conservación de
la Naturaleza (IUCN).
24 de marzo de 2003
Fuente:
PÁGINAS
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