Ingenieros piden
al gobierno provincial medidas urgentes.
Una lluvia intensa provocaría
un colapso cuya masa de agua alcanzaría
hasta 150 m3/segundo.
El Centro de Ingenieros de Rosario
(CIR) alertó sobre un posible
desborde natural de la laguna La Picasa
y pidió al gobernador Carlos
Reutemann que implemente un programa
de contingencia para prevenirlo. Según
los profesionales, una lluvia fuerte
o vientos sostenidos e intensos podrían
desencadenar el proceso que desde
hace dos años oficia de espada
de Damocles en el llamado sur-sur
provincial. "Es necesario advertir
sobre el inminente peligro que está
potenciando la acumulación
de una enorme energía de embalse
sobre la estructura natural que conforma
esa cuenca cerrada", indicaron.
Según los ingenieros, La Picasa
tiene una cuenca cerrada y en estos
momentos de alto riesgo. En un comunicado
la entidad describe al embalse de
la laguna como una estructura formada
por el propio suelo acumulado por
acción eólica, pero
con poca cohesión ya que está
formado por limos y arenas de grano
fino. Esos suelos están sometidos
a la presión resultante entre
la acción de la napa y el tirante
de agua de la laguna, formando un
embalse.
Para el CIR, esta contención
natural colmó su capacidad
de almacenamiento y la separan pocos
centímetros para que rebase
su contenido. Una lluvia intensa o
un viento fuerte podrían catalizar
el desborde tan temido. De llegarse
a esto se activaría un intenso
efecto erosivo que potenciaría
la sección de rotura y escurrimiento
del agua sobre el terreno. "Esto
acarrearía un colapso similar
a la rotura de un dique de tierra",
dice el documento. Si esto llegara
a producirse el caudal de la masa
de agua podría alcanzar los
100 o 150 metros cúbicos por
segundo.
"Este desagüe natural pondría
en serio peligro las poblaciones que
encuentre a su paso, con riesgo de
pérdida de vidas humanas, de
campos ya anegados en Santa Fe y Buenos
Aires, y de infraestructura".
También se advierte sobre
una eventual mortandad de animales
y una erosión sin control de
millones de metros cúbicos
de suelos fértiles.
El CIR basa la dura advertencia en
la "complejidad y seriedad de
las predicciones hidrológica
para la próxima década
que vaticinan que se mantendrá
el nivel de precipitaciones en la
región central del país,
por tratarse de una alteración
de carácter mundial".
Ante esta perspectiva, los ingenieros
recuerdan que las obras proyectadas
para retener la entrada de agua a
la laguna o evacuar los excedentes
hídricos no estarán
listas antes de fines del 2003. Más
aún, no producirán efectos
atenuantes sobre el nivel del espejo
de agua de la laguna hasta pasados
dos o tres años.
Los ingenieros también apuntan
que un informe elaborado por la Universidad
Nacional del Litoral hace dos años
preveía un caudal de más
de 85 metros cúbicos por segundo,
para un eventual desborde. "Esto
es suficiente para producir daños
importantes en base a algunas hipótesis,
por ejemplo un vertedero natural de
sólo 15 metros de umbral, que
a nuestro juicio pueden ser superadas
provocando caudales mucho mayores",
dice el CIR-
No alcanzan los discursos
"No es nuestro propósito
causar ningún tipo de alarma,
pero entendemos que debería
tomarse lo aquí expresado como
advertencia para elaborar urgentes
planes de vigilancia de las variables
naturales que podrían producir
el desborde", sostienen los profesionales,
al tiempo que remarcan que una vez
que ocurra, no habrá tiempo
para mitigar sus consecuencias. "Los
hechos de la naturaleza -concluyen-
no pueden manejarse con discursos
ni decisiones voluntaristas de los
hombres".
19 de diciembre de
2002
Fuente:
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