A pesar de
que la Revolución Verde
produjo un importante incremento
en la producción alimentaria
del Tercer Mundo, su política
se basó a menudo en técnicas
ecológicamente nocivas:
fuerte financiación de
pesticidas y herbicidas, uso
irracional del agua ... explotación
de la productividad inmediata
de suelos, monocultivos y aceleración
generalizada de la mecanización,
favoreciendo a menudo a los
grandes productores en perjuicio
de los más modestos.
Al Gore (Ex vicepresidente de
los EE.UU) "La Tierra en
juego"
Las semillas
que poseen las comunidades campesinas
son gratuitas y están
disponibles para todos. Nuestros
agricultores, entre sí
o por medio de sus Cooperativas,
intercambiaban sus buenas semillas.
Este era el país solidario.
Estas semillas,
cuyos dueños eran los
propios agricultores, le dieron
independencia productiva y económica.
En el Chaco,
las cooperativas, desde 1905,
fecha de la aparición
de la primera, con el apoyo
primero del Ministerio de Agricultura
de la Nación y luego
con la llegada del INTA, lograron
que los colonos fueran seleccionando
y mejorando el material genético
que utilizaban campaña
tras campaña.
Datos de
nuestros historiadores señalan
que las primeras experiencias
hechas con algodón en
la zona resultaron alentadoras,
en 1900 el gobierno Nacional
importó semillas de Estados
Unidos y las distribuyó,
para fomentar su cultivo. Con
ellas un colono, Marcos Briolini,
logró adaptarlas a las
condiciones naturales del Chaco,
incluso obtuvo variedades locales
en 1901.
De esta forma
evolucionaron junto con las
comunidades adaptándose
a los distintos ambientes.
Pasaron los
años y llegó la
sociedad industrial, capitalista.
Ésta se adueñó
del germoplasma a través
del uso de patentes, registros
de variedades y otras violaciones
"legales" a los derechos
de los pueblos.
Entre la
Revolución Verde y la
Revolución Biotecnológica
Aparecieron
las variedades que, primero
con la Revolución Verde,
hace 50 años, y luego
con la aparición de la
"Revolución Biotecnológica"
ofrecían semillas híbridas,
transgénicas, clones,
altamente dependientes de insumos
industriales, generalmente importados
(herbicidas, insecticidas, fertilizantes
industrializados, maquinarias
pesadas).
Estas semillas
"mejoradas" son superiores
únicamente con la aplicación
del paquete tecnológico
de la agricultura industrial,
basada en una creciente dependencia
de insumos, que degradan mucho
el agro ecosistema y de elevado
costo energético (usan
mucha energía no renovable).
Sin esto
y en condiciones de igualdad
ambiental rinden menos que las
semillas tradicionales.
Pareciera
que nadie advirtió que,
las semillas ajenas imponen
dependencias ajenas.
Increíblemente
las políticas de los
gobiernos continúan apoyando
esta transformación con
el pretexto de que la producción
agrícola industrial es
el único camino para
ayudar a nuestros colonos a
solucionar sus problemas económicos,
con mayores rentabilidades y
ayudar "a salvar del hambre
al mundo".
Las semillas
de algodón
Como si esto
fuera poco, el sacrificio de
años de los colonos y
el aporte de todos los argentinos
para la investigación
y mejoramiento de las semillas
se diluyó cuando el INTA
increíblemente "vendió"
todo el desarrollo logrado a
una firma comercial, asociada
a Monsanto, dejando desprotegidos
a los agricultores.
Esta multinacional
pretende comercializar su algodón
transgénico RR. ¿Pueden
ignorar nuestros gobernantes
que la aplicación de
la Biotecnología requiere
escala y esto conspira contra
la existencia del pequeño
productor?.
¿Se
los quiere obligar a reemplazar
sus semillas tradicionales por
las modificadas genéticamente?
¿Quiénes
son los responsables de conceder
el derecho a monopolizar la
semilla a las compañías?
Recientemente
se conoció la novedad
de que a partir de la próxima
campaña triguera, la
Asociación Argentina
de Protección de las
Obtenciones Vegetales (Arpov)
coordinará el sistema
de regalía extendida
que nueve semilleros desarrollaron
para preservar el valor tecnológico
de la agricultura.
Las nueve
empresas que cobrarán
las regalías y en forma
individual determinarán
su valor son Buck, Klein, Lealsem,
Don Mario Semillas, Monsanto,
Nidera Semillas, Produsem, Relmó
y Sygenta.
"El
productor que decide sembrar
con determinadas variedades,
reconoce como contraprestación
la tecnología novedosa
y adhiere al pago del nuevo
sistema sólo sobre la
base de lo que utilice para
su siembra", explicó
el presidente de Arpov, Adolfo
Marull.
En otras
palabras, al firmar este contrato
el productor no podrá
utilizar su propia semilla que
obtenga de sus cultivares sin
volver a pagar un nuevo canon
a "los dueños"
de la tecnología.
Las empresas
se están apropiando de
variedades de plantas que ni
ellos inventaron, ni entienden
cabalmente. Éstas pueden
haberse desarrollado naturalmente
o haber sido obtenidas a través
de mejoramiento por distintos
genetistas desde hace mucho
tiempo.
Si el campo
se encuentra hoy en situación
de emergencia social, económica
y ambiental es por los efectos
de un modelo agrario sustentado
en el latifundio genético.
El gobierno
nacional, sin conocerse los
motivos, en noviembre del 2000
disolvió el INASE Instituto
Nacional de Semillas, ahora
se habla de reformar la Ley
de Semillas (20247)
Si se aplica
correctamente el artículo
27 de la citada Ley de Semillas
y Creaciones Fitogenéticas,
no deberían existir problemas,
por cuanto su texto contempla:
"No lesiona el derecho
de propiedad sobre un cultivar
quien entrega a cualquier título
semilla del mismo, mediando
autorización del propietario,
o quien reserva y siembra para
su propio uso, o usa o vende
como materia prima o alimento
el producto obtenido del cultivo
de tal creación fitogénica".
La falta
de una política agropecuaria
El país
carece de una política
agropecuaria propia y socialmente
viable.
Esto ha generado
el abandono del campo de los
empobrecidos trabajadores rurales
que terminan ubicándose
en tierras marginales, generalmente
inundables, sobre basurales,
y reclamando el lote propio,
aún en lugares carentes
de infraestructura, alejado
de centros de salud, escuelas
y fuentes de trabajo.
Si los gobiernos
siguen aprobando estos convenios
con Intituciones, con Institutos
de investigación y Asociaciones
de Productores, con las mismas
Transnacionales, continuaremos
generando la causa de la exclusión
de nuestros pequeños
y medianos productores.
Enviado por
Carlos U. Leoni - Fuente:
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