Lo exigen los
miembros del Grupo de los 77, integrado
por las naciones en vías de
desarrollo.
La progresiva reducción
de los subsidios agrícolas,
suplicada por el sur del planeta y
resistida por el norte, fue ayer el
centro de encendidas discusiones en
la segunda jornada de la Cumbre de
Desarrollo Sustentable de la ONU que
se celebra en Johannesburgo.
Según el
Grupo de los 77 (que agrupa a las
naciones en vías de desarrollo),
los países industrializados
dedican a los subsidios agrícolas
inversiones seis veces mayores que
las concedidas a la Ayuda al Desarrollo:
311.000 y 55.000 millones de dólares
en 2001, respectivamente.
"Los subsidios
y barreras arancelarias contra los
productos de los países en
vías de desarrollo son un obstáculo
terrible para nuestra agricultura
y una fuente de enormes desigualdades",
dijo la ministra venezolana de Medio
Ambiente, Ana Elisa Osorio, al resumir
la posición del grupo.
También la
Unión Europea, donde el lobby
de productores rurales es muy poderoso,
reconoció que la agricultura
será "uno de los temas
más difíciles de la
reunión de Johannesburgo".
En esta conferencia,
el bloque confirmará los compromisos
de la reunión de la Organización
Mundial de Comercio (OMC) que se llevó
a cabo en Doha (Qatar), en noviembre
pasado, pero ya anunció que
no avanzará más allá
de esas metas. En ese encuentro, los
países industrializados se
pusieron de acuerdo sobre un calendario
de negociaciones para los próximos
tres años, con el fin de mejorar
el acceso de los productos del sur
a los mercados del norte, reducir
los subsidios a la exportación
"con vistas a su eliminación"
y "disminuir progresivamente"
los subsidios internos.
Por su parte, EE.UU.,
que en una actitud considerada "vergonzosa"
por el Grupo de los 77 aumentó
la ayuda a sus productores desde la
reunión de Doha, tampoco parece
más dispuesto a avanzar.
En Johannesburgo,
el objetivo del Grupo de los 77 es
que los países ricos "reduzcan
o eliminen progresivamente los subsidios,
que perjudican el medio ambiente y
distorsionan el comercio".
Esta frase, que
debería estar incluida en el
plan de acción de la Cumbre
de la Tierra, provocó ayer
las más encendidas discusiones
entre las delegaciones oficiales.
Tras un plenario
en el que reinó la falta de
acuerdos, las delegaciones latinoamericanas
no ocultaron su pesimismo ante la
parálisis que sufren las cuestiones
relativas a la pobreza y la cooperación
y se mostraban más esperanzadas
en conseguir en Johannesburgo resultados
en temas vinculados al medio ambiente.
"Sabemos que
la cuestión de los subsidios
agrícolas y la ayuda pública
al desarrollo, ambas prioritarias
para América latina, van a
ser muy difíciles y que las
discusiones se prolongarán
hasta el último momento",
aseguró Osorio.
Más de cien
jefes de Estado acudirán la
semana próxima a la ciudad
sudafricana y fijarán su posición
pública sobre estas cuestiones
polémicas, en la recta final
de las negociaciones.
Paralelamente a
la conferencia oficial, más
de 15.000 miembros de ONG están
reunidos en Johannesburgo en una cumbre
alternativa, en la que denuncian la
pobreza y los daños medioambientales
provocados por el actual sistema económico
y el modelo de globalización
neoliberal.
28 de agosto de 2002
Fuente:
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