La entidad ecologista
inició una campaña para
alertar sobre el consumo indiscriminado
de soja. Rechaza que se trate de una
panacea nutricional, como
fue presentada. Y denuncia que los
productores la impusieron con falacias.
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Greenpeace
protestó contra el
alineamiento argentino con
Estados Unidos en el tema
transgénicos. |
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El poroto de soja
provocó la disputa: Greenpeace
Argentina denunció ayer a la
industria de los cultivos transgénicos
por aprovechar, a través
de una campaña solidaria, la
pobreza y la crisis alimentaria argentinas
para instalar a la soja como
solución a la desnutrición
infantil y como alimento mágico
ante la opinión pública,
sin antes haber difundido información
crítica sobre su consumo.
El informe de la ONG fue presentado
durante una protesta frente a la Secretaría
de Agricultura en donde activistas
reclamaron que el país retire
el apoyo a una demanda que presentó
Estados Unidos para que la Unión
Europea permita el ingreso de cultivos
transgénicos.
La soja no es sólo un poroto,
un brote o un nuevo componente en
la dieta alimentaria de los argentinos:
también forma parte de una
gran campaña de maquillaje
humanitario que utiliza la industria
de los alimentos transgénicos
para imponer su consumo y abrirse
nuevos mercados, según
afirmó la organización
ambientalista Greenpeace en su informe
Soja Solidaria, Soja irresponsable,
difundido ayer en el marco de su campaña
por la biodiversidad.
Según la ONG, hace un año
y medio la Asociación Argentina
de Productores en Siembra Directa
(Aapresid) lanzó la campaña
Soja Solidaria para acabar
con la desnutrición y
generar un nuevo hábito
alimentario para los argentinos.
Pero la campaña consistió
en la difusión de los supuestos
beneficios de la soja a través
de falsas premisas que no contemplaron
sus contraindicaciones nutricionales.
Así, durante la crisis argentina,
la soja se vistió de
solidaridad y la industria de
cultivos transgénicos (genéticamente
modificados) logró inducir
a su consumo, incluso en casos en
que podría ser perjudicial
para la salud de los niños.
La organización acusa a la
industria de haber difundido que la
soja tiene propiedades equivalentes
a la carne y la leche; que tiene hierro,
calcio y los principales aminoácidos;
que desde hace siglos integra la dieta
alimentaria en las culturas orientales
y que es la solución
a la desnutrición infantil
en la Argentina. Por ello, para
Greenpeace, la promoción de
donaciones solidarias de soja es una
estrategia de la industria de los
transgénicos para abrir nuevos
mercados.
Algunos de los factores negativos
de la soja que se mencionan en el
informe son los siguientes: es deficitaria
en muchos nutrientes, interfiere en
la absorción del hierro y del
zinc, no es una buena fuente de calcio,
no es un sustituto de la leche, es
un factor de riesgo de caries y su
consumo no es aconsejable para menores
de cinco años y, en especial,
para los menores de dos.
La denuncia lanzada por Greenpeace
abrió la polémica. Si
bien la soja no es la panacea alimentaria,
creo que es un excelente complemento,
dijo el director del Centro de Estudios
sobre Nutrición Infantil (Cesni),
Alejandro ODonnell. Nosotros
tenemos que comer de todo; es verdad
que la soja no reemplaza a la leche
ni a la carne, pero su proteína
es excelente y su aceite muy bueno.
Lo que falta en la dieta alimentaria
de varios chicos argentinos no son
las proteínas sino energía,
calorías, es decir, comida.
¿Es perjudicial para
los chicos?
No hay ninguna evidencia científica
de que no sea recomendable para menores
de 5 años. Hubo experimentos
en millones de chicos en todo el mundo
y a ninguno le pasó nada por
comer soja.
Según explicó el director
del posgrado en Nutrición de
la Universidad Favoloro, Jorge Braguinsky,
la soja es el único vegetal
que tiene proteínas completas
porque incluye los diez aminoácidos
esenciales que necesita el organismo.
Pero a diferencia de la carne y la
leche, tiene una baja digestividad
y por ello su valor proteico es inferior
al de los animales. Para Braguinsky,
hay muchos tipos de soja y la
que se produce en la Argentina no
es buena para el consumo humano.
Desde el punto de vista nutricional,
la soja es un alimento completo, pero
no se puede vivir comiendo eso sólo:
la alimentación sana debe ser
suficiente, completa, balanceada y
adecuada, señaló
Daniel De Girolami, docente de Nutrición
en la UBA.
El informe integra la campaña
por la biodiversidad de Greenpeace:
según la organización,
la multinacional Monsanto logró
a partir de 1996 que los agricultores
argentinos reemplazaran el maíz,
el girasol, el lino y el arroz por
plantaciones de soja que en la actualidad
ocupan la mitad de la superficie cultivable
en el país. Sólo
Estados Unidos y la Argentina cuentan
con el 90 por ciento de los transgénicos
sembrados en el mundo, afirman.
Ayer, 25 activistas disfrazados de
lobbistas protestaron frente a la
Secretaría de Agricultura para
que en la V reunión ministerial
de la OMC que comenzará
mañana la Argentina retire
su apoyo a la demanda de los Estados
Unidos contra la Unión Europea
por su moratoria al ingreso de cultivos
transgénicos.
9 de setiembre de
2003
Fuente:
PÁGINAS
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