La mancha de
fuel ya no sólo afecta el litoral
gallego. Ahora alcanza las playas
de Asturias, Cantabria y el País
Vasco y amenaza a Portugal y Francia.
No se descarta una tercera marea negra.
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Cientos
de voluntarios trabajan
en cadena cerca de San Vicente
del Grove. |
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Infografía
de Clarín |
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El mayor desastre
ecológico de España
puede convertirse "en uno de
los peores de la historia", según
el experto francés Michel Girin.
Lo confirman las pruebas realizadas
por el batiscafo francés Nautile,
que efectuó varios descensos
hasta los 3.500 metros en el fondo
del mar donde se encuentran la proa
y la popa del petrolero "Prestige".
El problema ya trasciende las costas
gallegas: ayer, en una sesión
de emergencia, el gobierno francés
declaró la alarma ambiental
.
La catástrofe
se está convirtiendo en una
pesadilla mucho mayor que la contaminación
del litoral gallego. Un técnico
declaró a medios españoles:
"No hace falta engañar
a la gente: el petróleo no
puede permanecer en el fondo del mar.
Un día u otro saldrá
a la superficie".
La magnitud del
desastre originó una declaración
de apoyo del Papa Juan Pablo II al
pueblo gallego por la "catástrofe
que afecta a sus costas, poniendo
en peligro el trabajo efectuado con
abnegación por los hombres
que viven del mar".
El Santo Padre pronunció
su mensaje ante miles de fieles en
la Plaza de San Pedro: "Animo
a todo el mundo a aplicarse con obstinación
en los trabajos para hacer frente
a este difícil problema y pido
a Dios que haga posible encontrar
soluciones para que Galicia vuelva
a recobrar la esperanza en el futuro",
rogó.
Las dos partes en
que se partió la nave de 242
metros de eslora filtran combustible
constantemente por varias grietas.
Lo peor es que la
presión del agua produjo una
grave deformación del casco
del "Prestige" que yace
en la fosa atlántica. La rotura
puede ser inminente, liberando las
más de 50.000 toneladas de
fuel altamente contaminante que permanece
en los tanques hundidos y no se ha
solidificado.
El gobierno español
no descartó una tercera marea
negra para las próximas horas.
Aunque el tiempo ha dado una tregua,
mañana martes cambiará
la dirección de los vientos
que soplarán, como en los peores
momentos, hacia la tierra.
El "Prestige"
sufrió una avería el
13 de noviembre y virtió 4.000
toneladas de las 77.000 de fuel industrial
que transportaba ante la Costa de
la Muerte, en Galicia. Fue conducido
mar adentro por remolcadores y se
hundió 6 días después,
derramando otras 15.000 toneladas,
la llamada segunda marea negra.
El mal tiempo empeoró
las consecuencias. Fuertes vientos,
con rachas que alcanzaron los 110
kilómetros por hora, empujaron
las manchas hacia la costa.
Casi mil kilómetros
de los 1.130 del litoral gallego fueron
gravemente dañados, incluyendo
las playas, la pesca y los mariscos.
El turismo y la principal riqueza
de Galicia están gravemente
amenazados. Diez mil voluntarios,
muchos de ellos argentinos, trabajan
para limpiar el "chapapote"
(brea, como se llama popularmente
al fuel).
Cuatro mil mujeres
y hombres del Ejército y la
Armada se concentraron en las zonas
más afectadas. Cinco barcos
de pequeño calado se hundieron
al chocar contra las rocas debido
al fuerte oleaje. Cinco voluntarios
sufrieron problemas asmáticos
por las emanaciones del "chapapote".
Una de las más
altas autoridades en biología
marítima, el profesor Alex
Aguilar de la Universidad de Barcelona
señaló que "la
regeneración total de las costas
gallegas tardará al menos entre
15 y 20 años". Los fondos
marinos están muy afectados.
"Las sustancias que se hunden
se depositan sobre el sedimento y
matan toda la fauna y flora del fondo
del mar. Los vertidos depositados
en la superficie son peligrosísimos
para las aves porque al posarse sobre
el mar se impregnan de la sustancia
y esto altera su regulación
térmica o les causa irritaciones.
Acaban muriendo", explicó.
Especialistas en
oceanografía de las universidades
de Vigo y La Coruña sostienen
que el "Prestige" derramó
entre 40.000 y 50.000 toneladas. El
fuel no ha solidificado a los 2,5
grados de temperatura en que se encuentra
en los tanques hundidos. Como es menos
denso que el agua, cualquier grieta
provoca el ascenso de los vertidos,
por lo que se espera que se produzcan
nuevas mareas negras que afectarán
a España, Portugal y Francia
y, en su conjunto, a las costas atlánticas
de Europa.
Zonas en riesgo
Las mareas negras
que se dirigieron al norte contaminan
las playas de Asturias, Cantabria
y el País Vasco. El desastre
amenaza a Francia y Portugal.
Las barreras de
protección fueron desarticuladas
por las fuertes corrientes y los aviones
militares portugueses detectaron manchas
a 60 kilómetros de Povoa do
Varzim y otra a 70 kilómetros
de Matosinhos. El rumbo del viento
puede cambiar para peor en las próximas
horas, llevando las placas a tierra.
Son 75 las playas
asturianas afectadas por las manchas.
Los vientos impulsaron una de 300
metros que volvió a contaminar
la playa de Llanes ante la desazón
de los voluntarios que la habían
limpiado horas antes. Llanes, una
bellísima zona turística
de Asturias, es el área más
contaminada del Principado. Varias
embarcaciones trabajan también
en la bahía de Gijón
donde hay grandes manchas contra las
cuales luchan unas 80 embarcaciones.
En Cantabria, el
fuel llegó a 31 playas y pequeñas
manchas amenazan cada vez más
la costa occidental. El fuel llegó
a 5 playas en el País Vasco.
El gobierno de Euskadi anunció
un plan de emergencia para combatir
la marea negra en el que participarán
80 barcos. Ayer se reunió en
París un gabinete de crisis
encabezado por el premier francés
Jean-Pierre Raffarin que declaró
el estado de alerta y prepara medidas
de emergencia contra la contaminación
entre Biarritz, en la Costa Vasca
francesa, y Pointe du Raz, Bretaña.
9 de diciembre de 2002
Fuente:
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