Masiva marcha
en vísperas de la reunión
de jefes de Estado. Entre los manifestantes
había campesinos Sin Tierra,
activistas antiglobalización
y opositores al gobierno. No hubo
incidentes. Terminan de redactar el
documento final.
JOHANNESBURGO.-
Más de 20.000 personas marcharon
ayer por las calles de Johannesburgo
para protestar contra las políticas
internacionales que llevan a la pobreza
global y al deterioro del medio ambiente,
en vísperas de una fecha clave
para la Cumbre de la Tierra.
Los jefes de Estado
presentes en este encuentro -que hasta
ahora amenaza con finalizar en un
fracaso- mantendrán una reunión
de la que se espera que salgan resultados
concretos, si en verdad se pretende
evitar que se desvirtúe el
concepto de "desarrollo económico
sustentable" nacido en la Cumbre
de la Tierra de Río de Janeiro,
hace una década.
Se trató
de dos marchas simbólicas,
que se realizaron simultáneamente.
Un fuerte dispositivo policial, montada
para evitar estallidos como los de
Génova en la Cumbre del G-8
(2001) o los de Seattle (Organización
Mundial del Comercio, 1999), acompañó
las manifestaciones que partieron
desde la paupérrima barriada
de Alejandría.
Sin embargo, el
clima fue pacífico y hasta
había mujeres mayores y madres
con sus pequeños en brazos.
"La acción
fue un éxito. Estamos satisfechos
y seguros de que va a tener un impacto
en las negociaciones", señaló,
optimista, Muzi Khumalo, vocero del
Foro de la Gente, que agrupa a unas
200 sociedades civiles y ambientales
y que desarrolla actividades en forma
paralela a la cumbre.
Mayoría
de Sin Tierra
Algunas escaramuzas
internas, sin embargo, debilitaron
las protestas, que finalmente sumaron
sólo 20.000 personas entre
ambas (se esperaban muchas más).
Una de ellas, organizada precisamente
por el Foro de la Gente, perdió
adherentes cuando el partido gobernante
sudafricano (ANC) se autoproclamó
también convocante. La segunda,
más prominente, fue organizada
por agrupaciones de los Sin Tierra
locales.
A ambas se sumaron
activistas que luchan contra la globalización,
trabajadores zulúes, enfermos
de sida, opositores al gobierno de
Robert Mugabe en Zimbabwe y simpatizantes
de la causa palestina. De ellos, los
Sin Tierra fueron los más numerosos.
"Queremos que
los delegados que se reúnen
allí adentro vean el mundo
real. Estamos sumergidos en la pobreza
y no nos dan tierras. Pedimos trabajo,
comida, salud, tierra", dijo
Mthokozisi Mtsibande, manifestante
de Tierras para los Sin Tierra. El
joven habita en otro de los townships
(barriadas indigentes) que rodean
el lujoso centro financiero y comercial
donde se realiza la cumbre.
Otra mujer, agotada
y recostada sobre el pavimento tras
horas de marcha bajo el sol, dijo:
"En mi casa vivimos hacinados.
Somos 15 en dos pequenos cuartos,
sin agua. A mis hijos ni siquiera
se les permite estudiar".
Vistiendo una remera
roja del Foro Anti-Privatizaciones,
que aboga por la gratuita distribución
de energía eléctrica,
agua y tierras para cultivar, Angelin
Rashudmela explicó que ella
sostiene el hogar limpiando un hospital.
"Vinimos para que nos entiendan",
dijo la mujer, de unos 50 años.
Los 10.000 delegados
asistentes a la cumbre, en representación
de 200 países, intentarán
hoy finalizar el documento que deberán
firmar los jefes de Estado. La mayor
parte del texto está consensuado,
pero existen trabas en los temas más
polémicos, como subsidios agrícolas,
energía renovable y acceso
al agua potable.
1 de setiembre de
2002
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