Empiezan a llegar
los líderes mundiales. Los
temas más conflictivos son
los subsidios agrícolas, el
acceso al agua corriente y el uso
de energía renovable. Los delegados,
en una carrera contra reloj.
JOHANNESBURGO.-
Cientos de delegados y ministros sostenían
ayer en Johannesburgo arduas negociaciones
sobre el futuro del planeta, luchando
contra reloj para definir un plan
de acción global contra la
pobreza y la degradación ambiental
antes de la llegada de los jefes de
Estado de todo el mundo a la ciudad
sudafricana, donde a partir de hoy
presidirán la última
fase de la Cumbre Mundial sobre el
Desarrollo Sostenible.
Sin embargo, las
discusiones resultaron ser mucho más
difíciles de lo esperado, y
los participantes no lograban superar
las profundas diferencias en temas
como energía, comercio y derechos
humanos.
Básicamente,
la cuestión de los subsidios
agrícolas sumada al acceso
al agua corriente y al aumento de
las fuentes de energía renovables
seguían completamente paralizadas
mientras crecía la ansiedad
de los países en vías
de desarrollo, que temen marcharse
a casa con las manos vacías.
Según los
analistas, las discusiones se prolongarán
hasta las primeras horas de hoy. Posiblemente,
dicen, los líderes mundiales
-anoche llegaron desde el británico
Tony Blair hasta el francés
Jacques Chirac- deberán hacerse
cargo personalmente de alcanzar un
acuerdo sobre los temas más
controvertidos, un papel que querían
evitar.
"Si esta cumbre
fracasa, quizá no veamos otra",
advirtió un delegado europeo.
"La gente dirá que es
una pérdida de tiempo y dinero",
se lamentó.
Por su parte, Ana
Elisa Osorio, ministra venezolana
de Medio Ambiente (cuyo país
preside el grupo de los 77 Estados
en vías de desarrollo), señaló
que "la presidencia sudafricana
está presionando para que el
plan de acción quede listo
este domingo por la noche (por anoche),
antes de la llegada de los jefes de
Estado y gobierno".
"Eso nos preocupa
porque hay muchas cuestiones sin resolver",
añadió.
En una semana de
negociaciones, pocos puntos del plan
de acción consiguieron el consenso
de la mayoría de los 189 países
presentes en la cumbre. El plan de
acción es un marco de actuación
para los próximos años,
que busca reconciliar crecimiento
económico con reducción
de las desigualdades sin que ello
dañe el medio ambiente. La
unión de estas tres premisas
se conoce como desarrollo sostenible.
Hasta ahora, las
mayores victorias han sido la inclusión
de un párrafo en el que los
países que ratificaron el protocolo
de Kyoto -que establece metas concretas
respecto de la reducción de
las emisiones de los gases que producen
el "efecto invernadero"-
instan al resto a hacer lo mismo,
la aprobación de un compromiso
en favor de los recursos naturales
y un acuerdo para la protección
de las plantas y animales en vías
de extinción
Pero reducir hasta
el 2015 el número de personas
que no tienen acceso a un correcto
sistema de saneamiento (2400 millones
en todo el mundo, según la
ONU), eliminar progresivamente los
subsidios agrícolas que merman
la competitividad de los productos
del Primer Mundo o llevar electricidad
a las regiones rurales del Tercer
Mundo siguen siendo la pesadilla de
los negociadores. Europa y EE.UU.,
que comparten intereses comunes en
la cuestión de los subsidios,
se enfrentan en lo referente a energía
o saneamiento. Washington, de hecho,
rechaza de plano cualquier objetivo
concreto multilateral por considerarlo
irreal y prefiere comprometerse en
programas individuales.
Ancestros
El secretario general
de la ONU, Kofi Annan, uno de los
varios líderes mundiales que
comenzaron a llegar ayer a Johannesburgo,
recordó que "los gobiernos
no pueden resolver sus problemas en
solitario".
"Los gobiernos,
las empresas, la sociedad civil y
las universidades deben trabajar juntos,
porque hemos entrado en una era de
cooperación entre todos los
sectores", subrayó.
Junto con el presidente
sudafricano, Thabo Mbeki, Annan visitó
las célebres cuevas arqueológicas
de Sterkfontein (a 35 kilómetros
de Johannesburgo), reconocidas como
la "cuna del hombre". Allí,
el jefe de la ONU hizo un llamamiento
a los líderes del mundo para
que se inspiren en sus ancestros y
garanticen la supervivencia del planeta.
"Las vidas
que llevaron aquí nuestros
ancestros nos enseñan una lección
clara: los trazos que dejaron en la
naturaleza eran pequeños, pero
los nuestros se han convertido en
huellas peligrosamente grandes",
declaró Annan.
2 de setiembre de
2002
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