Varias manchas
de fuel se encuentran a unos 10 kilómetros
de la costa gallega. Serían
más tóxicas que las
anteriores. En Barcelona, una multitud
criticó al gobierno de Aznar
y pidió su renuncia.
Hoy mismo, la ecología
y la economía de Galicia podrían
sufrir un nuevo golpe. Si los vientos
continúan siendo desfavorables,
grandes manchas de combustible provenientes
del buque cisterna Prestige, hundido
hace un mes cerca de allí,
podrían llegar a la costa.
Ayer se encontraban a 10 kilómetros.
Los pronósticos
prevén para hoy vientos de
hasta 120 kilómetros por hora
y olas de entre 3 y 5 metros. Si la
previsión es acertada, el fuel
podría alcanzar las Rías
Bajas (la mayor reserva europea de
mejillones) en cualquier momento.
Los pescadores creen incluso que puede
suceder hoy.
Toda Galicia se
prepara para la eventual llegada de
la marea negra. Más de 4.000
barcos y lanchas de toda la región
ya están aprontados para la
emergencia. La zona más amenazada
es la ría de Arosa, justamente
la de mayor riqueza marisquera.
Si la marea negra
llega a la costa, será más
tóxica que las anteriores,
según un informe del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas
(CSIC), ya que el crudo vertido al
mar por el petrolero es cada día
más venenoso.
Hasta el momento,
unas 10.000 personas, en su mayoría
coordinadas por diferentes organizaciones
no gubernamentales, recogieron más
de 17.000 toneladas de combustible
proveniente del Prestige, que afectaron
más de 400 kilómetros
de costa en Galicia y Cantabria.
Una multitud (50.000
personas según los organizadores,
12.000 según la policía)
se concentró ayer en Barcelona
para protestar por la reacción
del gobierno español ante el
desastre y pidió la renuncia
del presidente José María
Aznar. También exigió
la dimisión del presidente
de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga.
Convocada por el
grupo civil "Nunca Mais",
creado a raíz del desastre,
la protesta fue la mayor realizada
fuera de Galicia desde el hundimiento
del Prestige. En el acto se criticaron
"la ineficacia e irresponsabilidad"
de las autoridades y se reclamaron
acciones urgentes para que no se produzca
otro derrame de esa magnitud.
El hundimiento del
buque cisterna es el mayor desastre
ecológico que se recuerde en
España: hundido a 3.500 metros
de profundidad, el barco arroja diariamente
al mar unas 125 toneladas diarias
de fuel, que se suman a las casi 20.000
que derramó tras el accidente,
y podría seguir contaminando
las aguas durante varios años,
según los especialistas.
Aunque Aznar y el
vicepresidente Mariano Rajoy, titular
del gabinete de crisis creado por
el gobierno para hacer frente a la
catástrofe, admitieron en los
últimos días que hubo
"errores"en la acción
oficial, el ministro de Fomento, Francisco
Alvarez Cascos, dijo ayer que la reacción
del gobierno ante el desastre había
sido "óptima". "No
éramos profetas y no sabíamos
que el barco iba a reventar en altamar",
justificó.
Mientras los gallegos
se encuentran en alerta máxima,
dos navíos se hicieron ayer
a la mar (a pesar del clima adverso)
para proteger las costas de Portugal,
en caso de que el combustible llegue
a esa zona.
16 de diciembre de 2002
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