Viajaron a bordo
de jets que contaminan el medio ambiente,
degustaron platos exquisitos en Africa,
donde muchos pasan hambre, y elaboraron
un plan para "salvar el planeta".
Pero los expertos dicen que el borrador
que fue acordado anoche por los negociadores
de unas 190 naciones en la Cumbre
para la Tierra, en Johannesburgo,
no cambiará radicalmente el
mundo. Podría, sin embargo,
ayudar en algo.
Muchos delegados, sin embargo, creen
que las nuevas metas establecidas
en Johannesburgo, tales como reducir
la proporción de la gente sin
condiciones de salubridad o restaurar
los agotados bancos de peces para
el 2015, no serán alcanzadas
en su totalidad. Hasta los políticos
están escépticos de
que cumbres con agendas que incluyen
agua, energía, salud, agricultura
y biodiversidad, como parte de un
ataque contra la pobreza, puedan lograr
mucho.
Pero las metas de la ONU acordadas
por los líderes mundiales en
2000, entre ellas reducir la pobreza
a la mitad para 2015, ya están
rezagadas en muchas naciones: aproximadamente
1200 millones de personas, o una quinta
parte de la humanidad, vive con menos
de un dólar al día.
Las Naciones Unidas dicen que los
problemas podrían corregirse
si las naciones ricas, que contribuyen
actualmente con 54.000 millones de
dólares al año, dieran
más ayuda.
Además, muchos de los acuerdos
de la cumbre celebrada hace 10 años
en Río de Janeiro no se han
implementado adecuadamente, sobre
todo el protocolo de Kyoto para evitar
el calentamiento global, socavado
por la retirada en 2001 del presidente
estadounidense, George W. Bush.
"Hablar
es importante"
Por otro lado,
otros dicen que el mismo hecho de
que los dirigentes mundiales puedan
sentarse juntos -algo impensable durante
la Guerra Fría- para discutir
los temas de la pobreza o la contaminación
es un salto gigantesco hacia adelante.
"Uno no puede medir el valor
de esta cumbre por los documentos
que produce", dijo Eric Phillips,
un delegado de Guyana. "Hay muchísimas
discusiones, muchísimas negociaciones,
se hacen muchísimos amigos."
Esto, según muchos, es un paso
modesto. Sin embargo, se han dado
pasos agigantados: las expectativas
de vida se han incrementado mundialmente
en más de seis años
a 66,6 desde la década de 1970.
La mortalidad infantil y la pobreza
también se han reducido.
"Aunque muchos en Bombay dicen:
"Ustedes sólo quieren
viajar a una conferencia internacional
y hablar mucho", hablar es importante",
dijo por su parte Rishi Aggarwal,
cofundador de Mangrove Society of
India. "Quizás éste
será visto como un acontecimiento
histórico dentro de cinco años."
Más estufas
solares
Pero muchos se
preguntan si al dinero se le podría
haber dado mejor uso.
"Esa cumbre y todos los preparativos
probablemente le costaron al mundo
1000 millones de dólares: habría
sido mejor gastar 500 millones en
estufas solares", dijo Deling
Wang, jefa de la comisión de
energía de organizaciones no
gubernamentales.
Wang agregó que las estufas
solares, que cuestan 2 dólares
la unidad, podrían evitar que
500 millones de familias del Tercer
Mundo quemen una tonelada de leña
al año, cada una, y prevenir
millones de casos de enfermedades
relacionadas con el humo.
Alister Doyle para
La Nación
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