Ha llegado el momento
de una actitud distinta para resolver
los problemas globales. Las promesas
hechas en la primera Cumbre de la
Tierra en Río de Janeiro, no
se han cumplido. Los países
ricos que se comprometieron a invertir
más dinero en la ayuda al desarrollo
han recortado drásticamente
sus presupuestos (de 60 mil millones
de dólares en 1992 a 53 mil
millones en 2002)
Los gobiernos de
los países ricos y pobres no
logran superar sus diferencias. Los
países pobres quieren la condonación
de la deuda externa y el acceso al
mercado internacional.
Los países
ricos insisten en la importancia del
buen Gobierno y el respeto de los
Derechos Humanos. Hay quienes piensan
que las empresas puedan propiciar
un cambio. Jan van den Broek, consejero
de la Confederación Holandesa
de Industrias y Empresarios, y miembro
de la delegación holandesa
en la Cumbre, cree que es normal que
las empresas influyan en la toma de
decisiones, porque ellos tienen que
implementar las decisiones que se
toman en conferencias como ésta.
El secretario general
de la ONU, Kofi Annan, comparte este
punto de vista. El pasado fin de semana
Annan organizó una reunión
con representantes de grandes empresas
multinacionales. Hablaron, entre otras
cosas, de asociaciones, palabra mágica
de esta cumbre. Empresas, ONG's, Gobiernos
y otros grupos forman asociaciones
para proyectos específicos
de desarrollo y medioambiente.
Además de
una declaración política
y un plan de implementación,
estas asociaciones serán uno
de los logros más importantes
de la Cumbre. Algunas ONG's aplauden
esta nueva política, porque
están cansados de la inactividad
de los Gobiernos. No obstante, otras
organizaciones acusan a los empresarios
de secuestrar la cumbre. Paul de Clerck,
de la ONG Amigos de la Tierra, cree
que las asociaciones tienen también
elementos negativos.
Según de
Clerck, las empresas son más
capaces de ejercer una mayor influencia
en el resultado de la cumbre que las
ONG's, porque reciben un tratamiento
especial. Tiene su sede junto al centro
de conferencias, mientras que la cumbre
paralela de ONG's está a 30
kilómetros de distancia. Además
de ello, las empresas tienen un mejor
acceso a las reuniones. Las empresas,
por su parte, dicen que las ONG's
se quejan demasiado. Van den Broek
dice que en la reunión de Río,
las ONG's se quejaban de que las empresas
no estaban presentes y ahora que son
demasiado dominantes.
Claus Töpfer
del programa de Medio Ambiente de
Naciones Unidas cree que las ONG's
están exagerando y que hay
que dar la bienvenida a cualquier
iniciativa para combatir problemas
globales.
Una cosa está
clara, en Johannesburgo se marca el
inicio de una nueva tendencia: involucrar
a las empresas en el desarrollo sostenible.
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