Powell fue insultado
cuando intentó defender la
política ambiental de su país,
uno de los temas que provocó
trabas en el cónclave. El secretario
de Estado reemplazó al ausente
Bush. Los delegados atacaron el plan
de acción. Para Annan, el encuentro
había generado demasiadas expectativas.
JOHANNESBURGO.-
La Cumbre para la Tierra terminó
ayer en Johannesburgo con la firma
de un plan de acción para combatir
la pobreza y la contaminación,
el sentimiento de frustración
de las ONG, críticas de los
países menos desarrollados
a un acuerdo que -aseguran- no los
ayudará a salir de la miseria
y abucheos e insultos para el secretario
de Estado norteamericano, Colin Powell.
Powell llegó
ayer en reemplazo del ausente y criticado
presidente George W. Bush. Habló,
horas más tarde, ante el plenario
general de cierre de la Cumbre Mundial
para el Desarrollo Sustentable, para
defender la política de su
país sobre la protección
del medio ambiente y de lucha contra
la pobreza mundial.
Estados Unidos es
criticado por haber logrado la eliminación
del texto del plan de acción
de la Cumbre de metas específicas
para aumentar el uso de energía
renovable y por rechazar, el año
pasado, el protocolo de Kyoto.
Dos veces interrumpieron
los ecologistas el discurso de Powell.
Comenzaron a insultarlo cuando mencionó
la sequía que padece el sur
de Africa. Volvieron a interrumpir
cuando dijo que "Estados Unidos
toma acciones firmes para combatir
los desafíos del medio ambiente,
incluyendo el recalentamiento global".
Abucheos, insultos,
cánticos que decían
"Bush es una vergüenza"
y pancartas que leían "Traicionados
por los gobiernos" o "Bush:
planeta y gente. No a los grandes
intereses" inundaron la enorme
sala en la que miles de delegados
se despedían de 10 días
de interminables negociaciones en
la Cumbre.
"Gracias, ya
los escuché. Ahora quiero que
me escuchen a mí", respondió
Powell, con semblante enojado. Mientras
tanto, la canciller sudafricana, Nkosazana
Dlamini-Zuma, que presidió
la sesión, golpeaba su mazo
contra un atril demandando silencio.
"Esto es inaceptable", gritaba,
sin tampoco poder acallar los abucheos.
Siete activistas fueron arrestados
por los guardias, mientras la silbatina
continuaba.
Demasiadas expectativas
A pesar del rechazo
de Estados Unidos, el protocolo de
Kyoto, clave para reducir las emisiones
contaminantes, entrará de todas
formas en vigor luego de que Rusia
anunció el martes, en la Cumbre,
que lo ratificará.
Esa declaración
fue considerada, por delegados y ecologistas
por igual, como uno de los mayores
logros de la Cumbre. Los otros éxitos
fueron el acuerdo para reducir a la
mitad los 2400 millones de personas
sin acceso al agua potable y una promesa
de frenar la disminución de
las reservas de peces para el 2015.
Ambas metas están
incluidas en el plan de acción
firmado ayer, que también comprometió
a 189 países a proteger la
biodiversidad; incrementar el uso
de energía renovable y a reducir
el número de enfermos de sida
y de mortandad en los partos.
Al frente de las
críticas, los países
menos desarrollados afirman que muy
pocas de esas metas podrán
ser cumplidas si las naciones industrializadas
no aumentan su asistencia financiera
al desarrollo y si mantienen sus subsidios
agrícolas, que perjudica a
sus propios productores.
La ayuda actual
de las naciones ricas al mundo en
desarrollo es de 54.000 millones de
dólares, mientras que los subsidios
alcanzan los 311.000 millones de dólares.
Las críticas
de los países menos desarrollados
y los abucheos de los manifestantes
a Powell no fueron más que
el cierre de una Cumbre dominada por
la tensión, negociaciones trabadas,
acalorados debates y decepciones en
temas como energía renovable
y comercio internacional.
En la sesión
de clausura, casi todos los delegados
atacaron el plan de acción
y, al aprobarlo, aplaudieron tan sólo
durante unos 10 segundos.
Incluso, las potencias
como la Unión Europea recibieron
con frialdad el plan. El premier danés
Anders Fogh Rasmussen, presidente
provisional de la UE, advirtió
"no podemos estar contentos con
lo acordado", dijo que podría
ser la última reunión
de esta magnitud que trata de resolver
temas globales.
Así, el encargado
de defender la mayor cumbre realizada
por las Naciones Unidas en su historia
de sus muchas críticas y pocos
elogios fue su secretario, Kofi Annan.
"Obviamente
la gente esperaba que nosotros resolviéramos
todos los problemas aquí. Este
es sólo el comienzo",
dijo Annan, en referencia a las "expectativas
demasiados altas" de ciertos
países.
5 de setiembre de
2002
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