La oferta de
colaboración permitiría
completar la limpieza en zonas de
difícil acceso (en playas y
rocas) y acelerar la degradación
del fuel.
Una oportunidad
para las bacterias. La Universitat
de Barcelona (UB) ha ofrecido al Ministerio
de Ciencia y Tecnología un
equipo de microbiólogos expertos
en la degradación de los hidrocarburos
mediante bacterias, para limpiar zonas
costeras contaminadas por el fuel
de Prestige.
Este ofrecimiento
se aleja de las propuestas de inocular
bacterias aisladas en laboratorio
y plantea, en cambio, estimular los
microorganismos que ya existen en
la naturaleza y que han demostrado
su capacidad para metabolizar hidrocarburos.
Al frente del equipo se encuentra
Anna Maria Solanas, profesora de Microbiología
de la facultad de Biología
(UB), que estudia desde hace 25 años
la biodegradación de los hidrocarburos
con cepas bacterianas.
Esta tecnología
denominada biorremediación
aprovecha la capacidad de los microorganismos
para eliminar contaminantes (en agua,
sedimentos o suelos) transformándolos
en anhídrido carbónico
y agua, productos que son inocuos.
Las bacterias, organismos
unicelulares que se reproducen al
dividirse incesantemente y que
están en la naturaleza desde
hace más de 3.500 millones
de años, han desarrollado
una gran inventiva metabólica
para ingerir crudo.
La técnica
concreta experimentada es la biorremediación
dirigida, fórmula válida
sobre todo una vez que se ha retirado
la mayor parte del fuel de playas
y rocas. Los microorganismos presentes
en la naturaleza son estimulados mediante
la oxigenación o la adición
de nutrientes, como fósforo
y nitrógeno (aunque se debe
hacer un uso muy prudente y controlado).
En cambio, no está demostrado
que la inoculación de bacterias
de laboratorio mejore la depuración.
Ayudar a la naturaleza
La profesora Solanas
juzga que ésta es una buena
fórmula para limpiar zonas
costeras de difícil acceso
y donde no haya una gran urgencia
por actuar, teniendo en cuenta que
la naturaleza haría su tarea
más lentamente. Nuestro
tratamiento acelera ese proceso de
degradación y perfecciona el
trabajo que hacen los microorganismos
de manera natural y, además,
podríamos conocer los límites
de esa degradación natural,
señala. Aun así, la
profesora Solanas reconoce que el
éxito de esta técnica
puede quedar relativizado por el hecho
de que el fuel del Prestige
contiene una menor proporción
de los componentes más biodegradables.
Este equipo de investigadores
ha puesto de manifiesto que la actividad
metabólica aumenta espectacularmente
en función de la temperatura,
de manera que en los meses de verano
las poblaciones microbianas están
más activas.
En el caso del fuel
del mar, se propone que actúe
la biorremediación natural,
de manera que las bacterias trabajen
solas, y se hace un mero control para
comprobar cómo van desapareciendo
el hidrocarburo por la biodegradación,
fotooxidación y demás.
Actuar sobre el mar ofrece muchas
dificultades, al ser un sistema abierto
donde es complicado aplicar los posibles
aditivos, dice la profesora
Solanas.
28 de enero de 2003
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