El director general
de Marina Mercante, José Luis
López Sors, reconoció
ayer ante el juez de Corcubión
(La Coruña) que fue él
quien tomó la decisión
de alejar el Prestige de la costa.
El alto cargo del Ministerio de Fomento
dedicó una parte de las siete
horas que duró su declaración
como imputado en la catástrofe
ecológica a eximir de responsabilidad
al titular del departamento, Francisco
Álvarez-Cascos, del que dijo
que sólo "conoció
y apoyó" las opciones
que ya habían sido tomadas.
López Sors explicó
que optó por enviar el petrolero
a alta mar asesorado por varios informes
técnicos, emitidos de palabra,
entre los que destacó los del
práctico de La Coruña,
Evaristo Landeira, y los del profesor
de Seguridad Marítima José
Manuel Martínez Mayán.
Según la versión del
director general, el práctico
coruñés desaconsejó
introducir el barco en puerto y Martínez
Mayán desestimó la realización
del trasvase de fuel en alta mar.
Ambos técnicos ya habían
desmentido, sin embargo, esta versión.
Evaristo Landeira precisó que
él no se opuso a introducir
el barco en el puerto, sino que pidió
que se le eximiera por escrito de
responsabilidad porque su seguro no
cubría los posibles incidentes.
Por su parte, el profesor universitario
indicó que trasvasar el fuel
del Prestige a otro barco era una
maniobra inviable en mar abierto,
pero nunca se le preguntó si
era posible en una zona abrigada o
en aguas tranquilas.
El menor riesgo
El director de Marina Mercante defendió
la decisión que tomó
al considerar que era la que menos
ponía en riesgo la vida y la
salud de las personas, las poblaciones
y las rías gallegas. López
Sors recordó que de las 40.000
toneladas de fuel derramadas por el
Prestige se han recogido casi 30.000
toneladas en el mar, lo que supone
una cantidad 30 veces superior a la
recogida en el caso del Erika, cuando
se derramaron 10.000 toneladas y sólo
se recogieron 1.000 en el mar.
Añadió que ninguna
de las instancias con las que mantuvo
contacto (Xunta, ayuntamientos, cofradías
de pescadores, sociedades de expertos
y armadora) le ofreció una
solución alternativa al alejamiento,
e indicó que la normativa actual
no permite llevar a la costa un buque
con daños estructurales graves.
Ahí los letrados le preguntaron
por qué no envió a técnicos
más cualificados que el subinspector
Serafín Díaz a analizar
el estado del petrolero. López
Sors se limitó a responder
que Díaz es "un gran profesional".
Durante la declaración admitió
de modo implícito que los daños
estructurales no le parecieron tan
graves, ya que criticó al capitán
del Prestige por permitir que la tripulación
abandonase el barco sin un riesgo
claro de hundimiento.
Crítica al capitán
El alto cargo de Fomento culpó
al capitán Apostolos Mangouras
de originar la rotura del barco al
lastrar los tanques de babor, una
operación con la que el marino
griego consiguió equilibrar
el buque. López Sors continuará
hoy su declaración en el juzgado.
3 de abril de 2003
Fuente:
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